Pepenador: “Es yuca ser papá y no poder darles nada a mis hijos”

ZV
/
19 de marzo de 2022
/
05:30 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Pepenador: “Es yuca ser papá y no poder darles nada a mis hijos”

Cada día, el pepenador Nahúm López lucha por ser un mejor padre y mantener a sus hijos con la venta de material reciclable que recoge en el crematorio.

Con su pelo cubierto de polvo y bajo un sol ardiente, el pepenador Nahúm López (37), padre de dos pequeños, recolecta desechos en el crematorio de la capital y confiesa que “es yuca ser papá en estas condiciones y no poderles dar nada a mis hijos”.

Nahúm vive en la aldea El Guanábano, en el Distrito Central, junto a su esposa, Karla Aguirre (32) y sus hijos Katherine, de tres años de edad y Marel, de nueve.

Todos los días recoge botellas, cobre, cartón y todo material reciclable que le sirva para venderlo y así ganar ingresos para sostener su hogar.

Este papá luchador que asegura ha aprendido mucho del mundo… Con el agotamiento reflejado en su rostro y los ojos llorosos, asegura que es muy triste alimentar y vestir a sus niños con lo que encuentra entre la basura.

“¡Yo quisiera darles tantas cosas!, pero no puedo darles nada… Me da mucha tristeza; el Día del Padre es triste porque yo los veo y no puedo comprarles nada, solo lo que entre la basura encontramos”, indicó Nahúm, sin poder contener las lágrimas.

SIN UN TRABAJO

Desde hace seis años, Nahúm trabaja en el crematorio, rodeado de zopilotes, un “mar” de bolsas y desperdicios, a falta de un mejor empleo.

Contó que hay días en los que “se consigue algo y otros en los que no traemos nada a la casa”.

Este hombre es el sustento de su hogar, el que da protección y busca resolver cada dificultad. Trata de ser un buen padre y amigo, pero a pesar de ser un hombre joven y trabajador, su salud está amenazada, ya que tiene problemas en sus articulaciones y sus riñones.

“Ya no puedo hacer trabajos de mucha fuerza, me dijeron en el centro de salud que tengo problemas en un riñón, me salen muchos moretes y en las articulaciones no aguanto el dolor cuando eso me pega”, señaló.

Con la piel quemada por los rayos solares, dice que, a pesar de las preocupaciones y las necesidades, ver cada día la sonrisa de sus hijos lo llena de fuerzas y esperanzas. Cuando no encuentra nada de valor en el crematorio, no logra obtener ni un lempira y no tienen qué comer.

Cada mañana, Nahúm madruga para llevar a Marel a la escuela y después ir junto a su esposa, a buscar material reciclable entre la basura, mientras la pequeña Katherine se queda con unos familiares.

“Aquí la vida es muy difícil, nosotros comemos de lo que encontramos ahí, a veces pollo, alguna carne, nos vestimos de ahí; con lo que hacemos, que en unos tres días hacemos unos 150 lempiras, hay que pagar luz y comprar agua, no tenemos agua potable”, relató. (DS)

DATOS
Karla, esposa del pepenador Nahúm López, contó que carecen de recursos para darles una mejor vida a sus hijos y que la salud de Nahúm cada día se va desmejorando. “Aquí cada día es de lucha, y la de nosotros es difícil. Solo le pido a la presidenta que nos vea a los que vivimos en estas condiciones y sobre todo, un apoyo para mi familia, mi número de teléfono es 89387052”, expresó.

“Es yuqueado no poderles dar nada a ellos”, dijo entre lágrimas, mientras miraba su pequeña.

 

DESESPERACIÓN
“¡PRESIDENTA, AYÚDEME!”
“Señora Presidenta, Xiomara Castro, ¡este es un Día del Padre muy triste!, con muchas necesidades y enfermo quizás, por esta vida aquí, ¡Ayúdeme, ayúdeme, ayúdeme a que mis hijos tengan otras oportunidades, algo mejor”, suplicó Nahúm López a la mandataria, mientras apretaba sus puños por la impotencia de no poder cambiar la vida que les da a sus hijos.

El pepenador solo logró cursar la educación primaria y toda su vida ha luchado en vano, sin mejorar sus condiciones de vida. Su baja escolaridad y la falta de empleo, ahora lo llevan a suplicar ayuda a los hondureños de corazón solidario.

“Me da felicidad ver sonreír a mis hijos, pero me hace llorar cada noche que los veo y me lleno de impotencia, no tener cómo ofrecerles nada, viviendo de la basura, ¡es yuqueado (difícil) vivir en estas condiciones!”, lamentó.

 

 

Más de Nacionales
Lo Más Visto