Durante la homilía dominical, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, dijo que “todo aquel que promueve la muerte, no puede estar con Dios”
El Señor Jesús, suplica por su pueblo, suplica por todos nosotros, nos llama constantemente, acuérdense de mí, cambien de vida, enderecen los caminos torcidos, Señor, déjala todavía este año, yo voy a excavar, voy a echarle abono, siempre el señor espera algo mejor de nosotros y cada Cuaresma nos llama, conviértanse, acérquense, no se queden en una situacion de pecado.
“A ver si van a dar fruto en esta Pascua de Resurrección y a pesar de esta invitación urgente a convertirnos, a dar frutos, todavía hay gente que se endurece en el mal y en el pecado, a todos los asesinos que están quitando la vida de personas inocentes, toda vida merece respeto, por esa razón, todavía el Señor nos da tiempo y muestra su misericordia, sigue esperando un año y otro, porque el amor espera siempre y sin límites, Jesús continúa llamando a nuestra puerta incansablemente”, señaló.
Agregó que “el Dios de Jesús, en esta parábola, es el Dios de la misericordia y la paciencia, el Dios de la Confianza y el Dios de la espera, Dios no se cansa nunca de esperar que dejemos el pecado”.
El amor no puede ser vencido por la obstinación, rechazo y resistencia, el tiempo y el amor hacen posible que se realice el plan de Dios que es amor y por eso en esta Cuaresma nos pide, dejemos lejos el odio, rencor, resentimiento, la amargura, ahí no puede estar Dios, porque somos higueras estériles, incapaces de amar”.
“Nuestra vida, así como esa higuera, está sostenida por un gran amor y la confianza que él tiene en cada una y cada uno de nosotros, por eso hoy podíamos hacernos esta pregunta, dejamos que el viñador nos cultive, como podemos hacer para hacer que den más frutos de vida, de amor, de comprensión, servicio, caridad, Dios continúa creyendo en el ser humano, esperando algo nuevo de cada uno de nosotros, todos tenemos nuestro tiempo, él nos ha dado el tiempo y cada uno tiene su tiempo”.
No sabemos cuándo terminará, por eso siempre es un momento de dar frutos de vida mientras tengamos tiempo. Hoy podemos decirle al Señor, ayúdanos a poner en práctica tu santa palabra, ayúdanos para que podamos dar frutos de amor y de vida, solo en ti Señor encontramos sentido y una alegría que permanece siempre.
Dios es el Dios de la vida, no podemos pensar que es progreso, la humanidad que está centrada en la muerte, Dios promueve la vida, todo aquel que procura la muerte, no es de Dios y los legisladores que piensan que es un avance, el aborto, que es la muerte del inocente, del que no puede defenderse y después se rasgan las vestiduras diciendo que no hay pena de muerte y ellos mismos sentencian a muerte al inocente, no pueden estar con Dios”, refirió.
Por eso pedimos en esta Cuaresma que la palabra toque el corazón de los que se endurecen en el pecado, en la irracionalidad, aquellos que piensan que se puede quitar la vida a cualquier persona, todos perecerán y vivirán una vida llena de angustia, de remordimiento y si no se arrepienten de lejanía perpetua de la verdadera felicidad.
Todavía Dios nos tiene paciencia este año, hay que remover la tierra, hay que ponerle fertilizantes, hay que dejarse penetrar por la palabra de Dios, hacer una buena confesión para dejar el pecado lejos de nuestra vida y así dar frutos que permanezcan, concluyó el cardenal.
