No hay guerra justificada

MA
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22 de marzo de 2022
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12:29 am
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No hay guerra justificada

Juan Ramón Martínez

Ninguna acción guerrera, de humanos, matándose entre sí, es justificada. No hay “guerra santa”. Y la única que se puede explicar es la de legítima defensa, marcada negativamente, por la acción agresiva del contrario. Por ello, la guerra emprendida por Rusia en contra de Ucrania, no tiene justificación. Se enmarca en la irracionalidad, en la superioridad de la fuerza, en la vocación de dominio de los imperios; y en la naturaleza humana, dispuesta al error. Por ello, más que un análisis de la justificación de este evento vergonzoso para el género humano, lo que urgimos es una reflexión sobre sus efectos negativos, los impulsos hacia el armamentismo y la lucha por espacios de influencia entre los estados, especialmente los más fuertes que existen sobre la tierra. Y la forma de terminarla, lo más pronto posible.

Toda guerra es un error. Y esta invasión de Putin hacia Ucrania, mucho más. Le obligó a incumplir una de las reglas básicas: mostrar sus reales capacidades militares. El que no haya podido tomar a Ucrania, hasta hora, con tanta aparente superioridad armada, demuestra que fue motivada por premisas equivocadas y bajo unos objetivos estratégicos y tácticos que, han fallado radicalmente. Y que sus equipos, logística y capacidad de comando, no era la adecuada para los objetivos que se había impuesto: derribar el gobierno de Ucrania, sustituirlo por uno, prorruso y regresar con sus tropas, convirtiendo a Ucrania en una nación neutral, que le sirviera de colchón protector de su flanco sur-este, frente a la OTAN. En términos geoestratégicos, es un fracaso: Rusia no tiene equipo suficiente, logística adecuada; ni comandos calificados para dirigir una operación de alta envergadura en contra de Europa y la OTAN. Esta es la primera derrota de Rusia. En términos tácticos, ahora, está implicada en una situación en que no puede echar marcha atrás. Tendrá que luchar en las ciudades, de casa en casa, en una guerra de guerrillas, para la cual no está capacitada, enfrentando el riesgo de sufrir otra derrota segura, como la de Afganistán. Una guerra costosa, en la que Ucrania, parece que tiene las de ganar a largo plazo, con unos efectos catastróficos para Rusia porque económicamente, su modelo productivo es insuficiente para proveerle los recursos para una campaña de más largo tiempo.

Esta debilidad económica de Rusia, un país monoproductor, cuya capacidad económica proviene de su producción de petróleo y gas, cuyo comprador es Europa, su enemigo actual, la coloca en una situación incómoda. Occidente hasta ahora, bajo el liderazgo de Estados Unidos, ha impuesto sanciones a Rusia que sus teóricos y planificadores, no anticiparon sus daños y sus efectos en el largo plazo. Ya sabíamos que Rusia era una potencia nuclear regional; pero lo que no eran evidente: su debilidad económica para enfrentar una acción como la que imaginó Putin y su equipo de asesores. En la decisión por darle una lección a Ucrania -que no ha podido lograr hasta ahora- ha mostrado debilidades y perdido espacios de operación fundamentales, como su dependencia de China que, no tiene tantos intereses militares en Europa, como Rusia. Y, mostrado su aislamiento e incapacidad, para forjar una red de alianzas en el mundo, con la cual enfrentar al Occidente democrático, encabezado por Estados Unidos.

El problema ahora es cómo Putin puede salir del embrollo. Arrinconarlo, no es la solución. La primera alternativa es, seguir dejándolo que se empantane en Ucrania, con lo cual la sangría de este país, tendrá características descomunales. La otra es que la OTAN, entre en guerra y derrote en forma total a Rusia y la obligue a someterse, cosa que es improbable, por su capacidad nuclear que, en un momento de desesperación, podrá echar mano e iniciar una guerra generalizada. La tercera es que, se imponga la moderación de China, el crecimiento de su liderazgo global; y, mediante un arreglo de paz, se organice el retiro de la invasión a Ucrania y Rusia, se lama sus heridas, mientras se le reducen las medidas económicas que la tienen postrada. A cambio, de una Ucrania neutral, respetada por Rusia y protegida por la OTAN.

Este es el escenario, para ponerle fin a una guerra innecesaria e irracional. Porque todas las guerras, siempre empiezan para terminar, aunque casi siempre, en forma muy negativa para sus iniciadores.

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