TAPACHULA, México.- “Somos migrantes, no somos delincuentes, ni ladrones, somos trabajadores”. Así gritaban un grupo de indocumentados entre ellos cubanos, haitianos, africanos y Centroamericanos.
Bajo los incandescentes rayos solares y el calor abrazador, recorrieron las céntricas calles de Tapachula, finalizando frente al templo católico de la localidad.
En el lugar dramatizaron la crucifixión de Jesucristo como un simbolismo de la crueldad y vejámenes que sufren los migrantes en su camino a los Estados Unidos de Norte América.
En la marcha un personaje vestido de negro, encapuchado, con cadenas, personalizaron el verdugo de los indocumentados y a una sola voz solicitaron a las autoridades mexicanas se les permita el tránsito en libertad por este país con rumbo al sueño americano. (MU)