“Podría llegar a convertirme en un muerto en vida”

MA
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29 de marzo de 2022
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04:15 am
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“Podría llegar a convertirme en un muerto en vida”

Es muy doloroso lo que estoy viviendo. Es muy duro estar separado de mi familia, mis seres queridos, privado de tantas cosas. Cuando pienso en mis nietas Violeta y Olivia se viene a mi mente la posibilidad de no verlas nunca más. Que no podré entregar a mis menores hijas Daniela e Isabela cuando decidan casarse, que no podré ver Honduras y su gente.

Todo cambió, todos los planes que tenía para mi retiro, después de tantos años de trabajo. Al final concluyo en la posibilidad de que al enfrentar cargos por tres cadenas perpetuas podría llegar a convertirme en un muerto en vida. Vean un ejemplo: mi abuela Chayo murió al inicio de mi detención, no solo no pude asistir a su sepelio, tampoco pude llamar a mi madre Elvira, a mis tíos para decirles que al igual que ellos sentía un profundo dolor por la muerte de su mamá, mi abuela Rosario.

Nunca creí que esta lucha por la paz de nosotros los hondureños me llevaría a convertirme en un privado de libertad. Nunca creí que la respuesta a muchos años dedicados al trabajo por la seguridad nos llevarían a ser calificados como narcoestado. Sabía que esta lucha no sería fácil, tendría muchos riesgos. También creí que, con la voluntad sincera de las instituciones y sectores del país, más el acompañamiento activo de nuestros socios aliados sería un ganar ganar.

Soy inocente. Soy víctima de una venganza y una conspiración. Estoy seguro que Dios me hará justicia.

Esto es una venganza de los carteles, es una trama orquestada para que ningún gobierno vuelva a hacerles frente. Parte de esa conspiración, ha sido una campaña de odio y desinformación.

Pero es evidente, las contradicciones de los delincuentes juicio tras juicio, mienten y se contradicen. Además, que también es evidente, que después de entregarse o ser capturados pasaron meses, años, declarando y nunca me mencionaron. Hasta que iniciaron la ejecución de su venganza y además buscando reducir sus condenas y devolución de sus bienes entre otros beneficios.

Hace poco leía lo que dijo Alfredo Landaverde: “… El pueblo todos nosotros sabemos quiénes son. No solo yo porque trabajé en la Policía, la gente común sabe quiénes eran los jefes del crimen organizado en sus municipios, en su comunidad”. Y yo agrego: Dios nos conoce a todos, no solo en nuestras acciones también en pensamientos.

Ojalá no sea tarde. No sea tarde para nosotros como familia. No sea tarde para quienes han sido sorprendidos, por qué dudan de nosotros o les creen a los delincuentes. No sea tarde para Honduras. No sea tarde para los pueblos que quieren vivir en paz.

No sea tarde y que sufran la pena de reconocer que tomaron esta trama, estas acusaciones, a la ligera o cayeron en la desinformación. Si es tarde, no podrán justificarlo frente a sus familias, colegas y frente al juicio de la historia.

Solo espero que se haga justicia. Que se respete el derecho que nos asiste a las personas y a las naciones. Si así fuera esta trama se para de inmediato.

CREO EN DIOS, SÉ QUE ÉL ES JUSTO

Él es nuestro juez, conoce nuestros pensamientos y actuaciones. De Él nada escapa.

También entiendo que Él tiene sus propósitos, sus planes y sus formas de hacer las cosas. En Él está mi fe y confianza.

Quiero agradecer a todos los que oran y nos tienen en sus pensamientos con buenos deseos y aún aquellos que nos adversan les digo, que los perdonamos. Esto porque cuando hablamos con Ana, mi madre, mis hijos, hermanos y seres queridos me doy cuenta de sus oraciones y buenos deseos.

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