Nery Alexis Gaitán
Son pocos los lugares turísticos cercanos a la capital. La oferta turística no responde a la necesidad de los capitalinos que desean solazarse, al menos los fines de semana. Es necesario que la industria turística se incremente, brindando opciones de calidad.
Hay dos pueblos pintorescos que tienen una buena afluencia de turistas, tanto nacionales como extranjeros, ellos son Santa Lucía y Valle de Ángeles. Santa Lucía está ubicada a escasos doce kilómetros de Tegucigalpa. La parte positiva es que tiene lugares para admirar y visitar, desde la iglesia hasta miradores, incluyendo una hermosa laguna; sobresale la venta de artesanías, varios cafés y buenos restaurantes donde se puede degustar todo tipo de comidas, en especial la tradicional hondureña.
Por su parte, Valle de Ángeles está ubicado a 22 kilómetros de la capital y su mayor atractivo es la venta de todo tipo de artesanías y pinturas. Asimismo se pueden encontrar hoteles de montaña, restaurantes y cafés muy agradables. Goza de un mayor turismo y se pueden realizar muchas actividades de recreación.
Al visitar estos pueblos el turista regresa muy complacido de haber estado en contacto con la naturaleza y haber visitado estos pintorescos municipios que tienen una historia muy interesante. Hasta aquí todo bien y la actividad turística genera importantes ingresos, aportando al desarrollo de los municipios.
Desafortunadamente hay algunos aspectos negativos al visitar estos lugares. La carretera está llena de baches y esto ha provocado accidentes. Desde que se sale de la capital a ambos lados de la carretera se puede ver basura tirada por doquier. Las alcaldías permiten la proliferación de talleres mecánicos que impactan negativamente a la vista, aparte de que el derrame de todo tipo de aceites y grasa contaminan el subsuelo y las aguas subterráneas.
Ahora a lo largo de la carretera hay negocios de todo tipo, incluyendo desde ferreterías hasta la venta de elotes que contribuyen con el deterioro ambiental, en el trayecto hacia ambos lugares. En ningún momento se ha planificado la instauración de estos negocios, que de momento están ocasionado daños al ambiente y demeritando el hermoso paisaje de la naturaleza. En ningún momento estamos en contra de que a lo largo de la carretera se le ofrezcan al turista opciones de comida o de venta de artesanías, siempre y cuando se tome en cuenta el bienestar ambiental.
También hemos constatado que estos municipios no están lo suficientemente limpios, y se puede ver basura acumulada en algunos lugares. Y a veces tratan mal al turista, sin necesidad alguna. Asimismo hemos visto el abuso en los precios en la venta de productos y servicios. Y algo insólito, se dice que los que elaboran la mayor parte de las artesanías que se venden, son extranjeros y no hondureños.
Las alcaldías de estos municipios deben tener como prioridad el desarrollo de sus pueblos. Y, en lo que respecta al turismo, hacer que sus lugares sean lo más atractivo posible para el turista. Deben desarrollar obras de impacto ambiental positivo; tener limpios y darle el mantenimiento respectivo a todos los lugares que los turistas visitan.
Deben apoyar todas las iniciativas que conlleven a presentar una oferta turística de más calidad y que sean a precios accesibles. Y que sean hondureños los que elaboren las artesanías. Estas alcaldías deben demostrar que están interesadas en el desarrollo de sus respectivas comunidades e involucrarse en actividades de desarrollo de una forma eficiente.
Honduras tiene bellos lugares que el turista puede disfrutar, pero la industria turística deja mucho que desear. La oferta en cuanto a estructura es deficiente y de paso se abusa con el valor de los servicios que se brindan. El gobierno debe apoyar el turismo y desarrollar todo tipo de obras que lo incremente; así se generan nuevos empleos que son tan necesarios.
