Cardenal Óscar Andrés Rodríguez pide perdón en su última Misa Crismal

RP
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14 de abril de 2022
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10:29 am
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Cardenal Óscar Andrés Rodríguez pide perdón en su última Misa Crismal

El cardenal Óscar Andrés Rodríguez este jueves Santo preside su última Misa Crismal como arzobispo de Tegucigalpa y pide perdón a los sacerdotes y feligreses, “quiero pedirles perdón si por mis límites no he sabido responder a lo que tienen derecho a esperar de su obispo”.

La Misa Crismal se desarrolla esta mañana en la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa.

“Queridos hermanos (as), me atrevo a decir que he deseado ardientemente comer esta pascua con ustedes, después del aislamiento y dificultades causadas por la pandemia, tenemos la dicha de volver a celebrar esta misa crismal, en el día del Sacerdote y claro el Señor Jesús, más que este pobre servidor, desea ardientemente celebrar siempre la Pascua con cada uno de nosotros”.

“Es un momento en que junto a ustedes, queridos presbisteros, consagrados, consagradas y fieles cristianos laicos, podemos expresar nuestra gratitud al Señor, que nos llamó a su servicio en el ministerio sacerdotal.

“Hoy vamos a renovar nuestras promesas sacerdotales y quiero centrar mis palabras en ese acto tan solemne, tan sencillo, pero tan profundo”, dijo.

Nuestro sacerdocio no es una conquista religiosa, no es fruto de un examen que hallamos aprobado, menos aún es un premio al que teníamos derecho, es un don que se nos ha regalado por una llamada de parte de quien tanto nos amó.

Según van pasando los años o quizás con algunos meses transcurridos de sacerdocio, esta llamada gratuita y este amor vocacional de parte de Dios deja de conmovernos, no suscita a nosotros el agradecimiento y no nos mueve a un servicio a los hermanos en las cosas de Dios y entonces cuando esto sucede surge la medida mundana con la que vemos y comparamos nuestro sacerdocio, apropiándonos de lo que únicamente y solamente ha sido, un don de Dios”.

Renovar las promesas sacerdotales significa volver a este amor de quien primeramente nos amó y amándonos nos llamó, para luego con amor ser enviados a través de la madre iglesia para anunciar de mil modos la buena noticia.

“No somos vendedores asalariados de una noticia ajena, somos testigos gozosos de una buena nueva, tan nuestra que ha llenado de esperanza y alegría en nuestros días, unidos al Señor, somos custodios de la alegría de los hermanos”, indicó.

“La vida de un sacerdote no es un trabajo según la mentalidad del mundo, es una vida en la que hemos sabido bendecir, acompañar, consolar y comprender sin poner tarifa a nuestra entrega y pretender bienes interesados según el capricho de un catálogo”, manifestó.

“Si hay tristeza, resentimiento e incidía en nosotros y entre nosotros, no podemos hablar ni de amistad con Cristo, sino tan solo de torpeza que no nos hace felices”, dice Rodríguez a sacerdotes.

El Cardenal Rodríguez realizó la Cripta Sacerdotal por los sacerdotes que han fallecido.

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