La procesión del Viacrucis inicio este viernes Santo en el templo San Francisco de Tegucigalpa y se encaminó por toda la Avenida Cristóbal Colón hasta llegar a la Iglesia El Calvario del Barrio Abajo.
Los cuadros vivos o dramatizaciones estuvieron a cargo de la Pastoral Juvenil de la Parroquia San Miguel Arcángel Catedral e incluyó en sus representaciones algunos mensajes alusivos al cese de la guerra, de la pandemia y a situaciones sociales que se propician en el día a día.
El Vicario General de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, padre Carlo Magno Nuñez, presidio el momento de oración en el que a la luz que la Conferencia Episcopal de Honduras dictó en su material pastoral, reflexionó junto al pueblo que asistió y que también lo vivió por radio y televisión.
Por su parte, el padre Antonio Salinas, dijo que la Semana Santa puede brindar respuestas a preguntas existenciales, sobre cuál es la misión que Dios nos está encargando y su muerte en la cruz recuerda el gran amor de Jesús que sigue presente en todas las circunstancias de sufrimiento humano.
Explicó que la Semana Santa revela el misterio de la pasión de Jesucristo, también es una invitación a reflexionar y decirle al Señor que nos ayude para que cada quien desde el lugar que le corresponde pueda contribuir a construir la Honduras que todos necesitamos, agregó el líder religioso.
“El papa Francisco, dice que la paz es artesanal y comienza en la casa, en los pequeños ambientes, yo creo que construir un país también es algo artesanal, que todos pongamos nuestra cuota de sudor, cuota de responsabilidad, nuestra cuota de esperanza y de fe en Dios para sacar a Honduras adelante”.
Salinas se preguntó “cuál es la misión que Dios me encarga para favorecer la vida y su realización plena en una población hondureña necesitada, cuál es la responsabilidad que me toca; y como me estoy llenando de fortaleza para decirle no a la tentación de la corrupción, a la tentación del enriquecimiento ilícito, a la evasión de mis deberes”.
