La única esperanza por ahora es que llueva en mayo para superar la crisis del agua, según la alcaldía capitalina.
A pesar que ya pasó la Semana Santa, los capitalinos continúan con su propio vía crucis por la falta de agua potable y sin la esperanza de una sulución a esta problemática en el corto plazo.
Los últimos reportes muestran niveles históricos de su capacidad en las dos represas que abastecen la ciudad, Los Laureles y La Concepción, con menos de 30 por ciento y 39 por ciento, respectivamente.
El problema se agudiza ante la falta de lluvias en las próximas semanas lo que obligará a las autoridades edilicias a racionar el vital líquido.
Por ahora, los capitalinos están recibiendo cuatro veces al mes el agua potable por cinco horas diarias. En algunos sectores, el servicio llega por la noche por lo cual los residentes tienen que “lechucear” para abastecerse de lo contrario se quedan sin nada. En las partes altas de la periferia, donde vive el grueso de los dos millones de personas, la escasez golpea fuertemente el bolsillo de la gente ya que tienen que destinar hasta cien lempiras por barril. Se trata de un servicio con carros cisterna y con agua de pozo, los que también están siendo racionados.
Frente a esto, el alcalde capitalino, Jorge Aldana, dijo en las últimas horas que están iniciando la construcción de una represa para tenerla lista hasta finales del 2023. Tres poyectos similares más, diseñados en los gobiernos municipales anteriores, siguen en planes.
La única esperanza, por ahora, es que llueva cuanto antes y de esta forma se puedan llenar las dos represas, cuya máxima capacidad tampoco le ajusta para la demanda de la cada vez creciente población capitalina. (EG)
