El síndrome del Sapo y la Rana diplomáticos

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19 de abril de 2022
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01:11 am
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El síndrome del Sapo y la Rana diplomáticos

– Por el Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez.

El Sapo y la Rana siempre anda bien vestidos, el Sapo siempre anda vestido de smoking y la Rana vestida de verde con apariencia de folclórica. Ellos dicen que son diplomáticos por su vestimenta. Pero desconocen la palabra “diplomática”, no se dan cuenta que la palabra viene del griego, “diploma”. Por eso siempre he creído que cuando a uno le dan una función o puesto en el gobierno por vez primera, lo primero que debe hacer es ordenar su propia ignorancia.

El derecho Diplomático es la rama del Derecho Internacional Público que se ocupa de la representación exterior de los Estados y de las negociaciones que dichas representaciones han de llevar acabo. El derecho diplomático comprende pues el estudio de los agentes diplomáticos y de los actos diplomáticos.

En relación al agente diplomático estudia su reclutamiento, cualidades y condiciones; precedencias, prerrogativas e inmunidades, etc. En relación con la función diplomática, trata de la administración central, de los servicios exteriores, del derecho de misión, del envió y actuación de los agentes, ceremonial, etc. Y en lo referente a los actos diplomáticos regula su técnica, firma, modalidades, ceremonial, etc.

En la iconografía clásica la diplomacia está representada por una majestuosa mujer que ciñe su frente con una corona de laureles, que pisa trofeos de guerreros destrozados. En la diestra tiene una pluma y con la izquierda sujeta un papel desplegado en que se lee: “Mis poderosas armas son la persuasión, la sagacidad, la cautela y la sabiduría”.

La palabra Diplomacia deriva del griego “diploma”, del verbo “diplom”, que significa plegar. El diploma era una acta, un documento oficial emanado del gobierno, y que confería ciertos privilegios a su destinatario. Este documento se entregaba plegado con su nombre lo indica, de donde se ha conservado la palabra “pliego” para designar ciertos papeles oficiales.

En los escritos antiguos se emplea la palabra “diploma” en el sentido de recomendación oficial para aquellos funcionarios que se dirigen a una provincia con determinados poderes. Venía a sea lo que actualmente llamamos una credencial. El portador de un “diploma” era pues, un diplomático.

En tiempos del imperio romano, todos los pasaportes para circular por las carreteras romanas y salvoconductos iban estampados sobre placas dobles de metal, plegadas y cosidas entre sí en forma especial. Estos permisos metálicos fue en lo que su origen se llamó “diploma” por estar probados en una digtica de bronce. En un principio se consideraron diplomas también a los militares romanos pero la palabra se fue ampliando para aplicarse a otros documentos oficiales, en especial aquellos que concedían privilegios o contenían arreglos con comunidades o tribus extrajeras, existiendo en estos tiempos diversos materiales en que se hacían los diplomas.
El campo diplomático es sumamente interesante y delicado, pues es la representación de un país en el extranjero. Miremos la forma como se acredita un encargado de negocios. Hay que tener presente que los Encargados de Negocios pueden ser “ad-hoc” o “ad-interim” según la misión sea permanente o temporal. El ceremonial para acreditarlos es diferente en uno y otro caso.

El Encargados de Negocios “ad-hoc” a su llegada al país de destino visita al director del Ceremonial Diplomático y le hace entrega de las Copias de sus Cartas de Gabinete, dejando en sus manos, al mismo tiempo, una nota en que solicita le señale día y hora para ser recibido en audiencia por el ministro de Relaciones Exteriores, para la presentación de sus Cartas Credenciales.

Esto es suma importancia ya instalada el diplomático en su sede necesita conocer que actividades comprende primordialmente la misión que está llamado a desempeñar. Los tratadistas presentan variaciones al tratar de clasificar estas actividades.

En términos generales podemos señalar como fundamento de la actividad diplomática su carácter representativo, pues el enviado actúa como mandatario de su Gobierno tratando de hacer valer sus derechos y proteger sus intereses. A ello se debe que en cada asunto y todo momento procure lograr obtener los mayores beneficios para su patria. Dentro de la representación están incorporadas las siguientes actividades: negociar, observar, informar y proteger.

El campo diplomático es de personas cultas, de honor y honradez. Que no tenga el “síndrome del Sapo y la Rana”. “ Lecciones para advenedizos diplomáticos”.

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