El torneo de Wimbledon prohibirá competir a los tenistas rusos, incluido el número dos del mundo, Daniil Medvedev, y a los bielorrusos, como castigo por la invasión de Ucrania.
Se confirman así las amenazas del Gobierno británico, que, a través del ministro de deportes, Nigel Huddleston, pidió en varias ocasiones que los tenistas rusos tuvieran que declarar por escrito su independencia de Vladímir Putin para evitar que estos hicieran algún tipo de gesto a favor de Rusia durante el evento.