Le dio colorido a nuestros campos y ciudades durante dos fugaces meses. Hay dos árboles que son particularmente visibles durante nuestra anticipada primavera: El Tabebuia rosea, más conocido como macuelizo, con su color rosado y la jacaranda, con un tono morado, particularmente en los días cercanos a la Semana Santa.
El macuelizo, es particularmente generoso, pues florece en febrero y, después, nuevamente, en marzo. En el sector rural, abunda la llamada orquídea del pobre, con tonalidades blancas y moradas y el izote, de una blancura extrema.
Siempre recordaré a nuestro gran pintor Dante Lazzaroni, quien me decía: “Esta es mi estación favorita del año, pues la naturaleza nos obsequia con una sinfonía de colores. Cuando llueve, el paisaje se vuelve monótono, de un solo color: el verde”.
Yo sigo pensando, que hay que devolverle el verdor a nuestra monótona capital gris, que ha adquirido ese color, por el predominio en sus calles, avenidas y puentes, de ese color que aporta el cemento y por la extracción que se hizo de los pocos árboles que existían en las medianas y aceras, por la autoridad municipal anterior. Pero, ello no es incompatible con el revestimiento que se debiera hacer, de los edificios de varios pisos que siguen surgiendo, inevitablemente, en el paisaje capitalino, con flores de diverso color, formando jardines colgantes. Con ello le daríamos vida a nuestra ciudad, a la vez que contribuiríamos a la limpieza y oxigenación de la misma.
Para esto será necesaria, una alianza estratégica, entre las carreras de arquitectura de nuestras universidades, el Colegio de Arquitectos de Honduras, las compañías constructoras y la Alcaldía Municipal de Tegucigalpa. Creo, que, para comenzar, debería realizarse un debate entre representantes de esos sectores, para llegar a un gran acuerdo y poner toda la voluntad y hacer acopio de todos los recursos que sea posible obtener, papa llevar a efecto tan hermoso proyecto.
Yo espero, que el movimiento PATRIA EN ACCIÓN, que está integrado por ciudadanos probos y capaces, para lo cual ya presenté una iniciativa a su junta directiva, en la esperanza de que sea atendida y se convoque al debate propuesto, cuya realización es de urgente necesidad, así como el compromiso que deberá suscribirse como resultado del mismo.
Ya se va la fugaz estación de las flores, pero podemos dotar a nuestra ciudad capital de una triunfal y permanente primavera (como reza el himno de nuestro glorioso Instituto Central en el que nos educamos), uniendo voluntades, con plenitud de espíritu cívico y de amor a nuestra cuna natal.
Tegucigalpa, M.D.C., 23 de abril de 2022.
