Como héroes, acompañados de una comitiva de oficiales superiores, familiares y amigos, y con los honores que establece el protocolo policial para los miembros de la institución, ayer les dieron el último adiós a los tres agentes policiales ultimados durante una emboscada en la comunidad de Agua Amarilla, Trujillo, Colón.
Desde muy tempranas horas de la mañana y tras ser velados por sus cercanos parientes en sus comunidades de origen, los restos de los malogrados agentes fueron trasladados posteriormente a cementerios municipales.
Como a las 10:00 de la mañana, uno de los funerales se realizó en un camposanto de la comunidad de El Tabacal, Nacaome, Valle, donde fue sepultado el clase II de policía póstumo, Jairo Marcelino Posadas Ortiz.
A esa misma hora, entre el pesar de familiares, amigos y vecinos, se desarrollaron las honras fúnebres del policía clase I póstumo, Jonathan Ramos, en el cementerio local de la comunidad El Algodonal, La Venta del Sur, Francisco Morazán.
Mientras en un cementerio del municipio de Salamá, Olancho, se depositaron los restos del clase I de policía póstumo, Juan Carlos Murillo Olivera.
A los sepelios llegaron oficiales superiores del Directorio Estratégico de la Policía Nacional, quienes acompañaron a familiares y amistades de los uniformados fallecidos.
10 equipos investigan masacre de uniformados
Unos diez equipos especiales de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) ya manejan tres hipótesis entorno al crimen de tres agentes policiales, hecho ocurrido en la aldea Agua Amarilla, en Trujillo, Colón, durante el fin de semana pasado.
Para el caso, el lunes anterior, el jefe de comunicaciones y estrategia de la Secretaría de Seguridad, Miguel Martínez Madrid, explicó que la muerte de los tres agentes policiales posiblemente fue a manos de miembros del crimen organizado y ligados al narcotráfico.
Indicó que todo apunta a la actividad delictiva de estructuras criminales del narcotráfico “y mediante se den las investigaciones vamos a tener muchas sorpresas”.
En este contexto, los agentes de la DPI asignados a desenredar el triple crimen, ya tienen tres móviles. La primera hipótesis indica que el ataque mortal a los agentes sería una represalia del crimen organizado por las acciones contra la delincuencia en esa zona, durante los últimos tres meses.
MALEANTES SORPRENDIDOS
El segundo móvil indica que el ataque está orientado a que los criminales se sintieron sorprendidos con la presencia de los agentes en esa región, porque tal vez los delincuentes supuestamente andaban algo que ocultar en el carro pick up en que se transportaban a la hora de cometer el crimen o porque tienen cuentas pendientes con la ley.
Y la última hipótesis indica que posiblemente se dio una persecución policial y los malhechores los atacaron a balazos, matándolos al instante.
Autoridades policiales indicaron que en el operativo hay 10 grupos de agentes especializados en balística forense, informática forense, video forense, investigadores de delitos contra la vida y de la fuerza de investigación y delitos violentos, dotados de equipos con tecnología moderna.
El lunes, la Secretaría de Seguridad puso en marcha la operación Posmura-Guaimoreto, en su primera fase, en el departamento de Colón y lugares aledaños.
Con esos operativos se pretende dar con el paradero de los responsables del asesinato de los agentes Jairo Marcelino Posada Ortiz y los policías Juan Carlos Murillo Olivera y Jonathan Josué Ramos. (JGZ)
