En las últimas semanas, el flujo de personas migrantes en tránsito de diferentes nacionalidades que ingresaron de forma irregular a Honduras ha incrementado significativamente, generando retos importantes para brindar la atención adecuada que requiere todo ser humano.
Según estadísticas del Instituto Nacional de Migración, entre el 1 enero y el 24 de abril del presente año, han ingresado irregularmente al territorio nacional un aproximado de 24,230 personas, en su mayoría a través de la zona oriental del país.
Este aumento en el flujo de personas, sumado a ciertas dificultades de la población migrante para efectuar el pago de una sanción administrativa de aproximadamente 200 dólares estadounidenses que establece la ley hondureña, ha agrandado la necesidad del establecimiento y fortalecimiento de albergues temporales en la zona, especialmente en las ciudades de Danlí y Trojes.
Dichos albergues son utilizados por personas migrantes provenientes en su mayoría de países de Sudamérica (Venezuela, Ecuador), El Caribe (Cuba, Haití) y África (Camerún, Congo) para descansar y alimentarse antes de continuar con el trayecto hacia su lugar de destino.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), como ente referente en el ámbito de la movilidad humana, y cuyo mandato incluye el ofrecer asistencia humanitaria a todas personas migrantes que lo necesitan, se encuentra desarrollando un plan estratégico para brindar una respuesta efectiva ante esta situación.
Por esta razón, ha entregado insumos básicos como agua, productos alimenticios, kits de higiene para mujeres, hombres y niñez, juguetes, entre otros elementos que fortalecen la capacidad de respuesta a corto plazo en tres albergues de la zona.
Adicionalmente, de forma periódica se realizan visitas al terreno para constatar la situación actual de los albergues, hacer una identificación de las necesidades de la población migrante y monitorear el comportamiento del flujo migratorio.
“El fortalecimiento de la presencia de autoridades y contrapartes en esta zona es vital para garantizar mejores servicios de salud, seguridad y protección de derechos a las personas que utilizan diariamente los diferentes albergues habilitados”, expresó Jorge Peraza, jefe de Misión de la OIM para Guatemala y Honduras.
Dentro de este plan de respuesta también se incluyen acercamientos efectivos con organizaciones de sociedad civil, líderes locales, cooperación externa y por supuesto autoridades de gobierno para socializar las necesidades, unificar esfuerzos y trabajar de forma conjunta.
Estas acciones han sido posibles gracias a los programas y proyectos que la misión de la OIM ejecuta con el apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América y el Gobierno de Corea.
