PASARÍAN MEJOR INFORMADOS

ZV
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28 de abril de 2022
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12:33 am
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PASARÍAN MEJOR INFORMADOS

EL precio del petróleo cayó un 3.46% y cerró en 98.54 dólares el barril, su nivel más bajo en dos semanas, arrastrado por la preocupación de que los confinamientos decretados en China para combatir la COVID-19 lastren la demanda de crudo”. “El petróleo de referencia en Estados Unidos, que recortó más del 4% de su valor la semana pasada, perdió hoy el nivel de los 100 dólares tras conocerse que la metrópoli china de Shanghái ha extremado sus medidas de confinamiento por el repunte de la cifra de fallecidos por COVID-19”. Semanas atrás auguramos que eso mismo iba a ocurrir: Muy probable –decíamos en el editorial– que los precios de las gasolinas hayan alcanzado tope. Que pronto, para alivio del consumidor doméstico, inicie la tendencia cuesta abajo. Eso sería un respiro a los angustiados despilfarradores de gasolinas y derrochadores de la “luz”.

Más cuando dudamos que aquí vaya a haber una campaña de ahorro de combustibles y de energía eléctrica o campaña educativa orientada a cambiar los malos hábitos de consumo. Lo cierto es que gran parte de la empinada ha sido especulativa. Son cotizaciones de ventas a futuro, especulando sobre la incertidumbre que provoca una guerra. Ello es, la posibilidad que a corto o mediano plazo haya disminución del suministro, presionando sobre los precios. Sin embargo, actualmente, no es que haya escasez de crudo en el mercado. Lo que hay es el temor de escasez en el futuro. Sin embargo, no hay una razón sólida que indique que vaya a haberla. El petróleo ruso, aunque sancionado, tendrá que ir a parar a algún lado que lo compre. No hay tampoco dinero fresco queriendo doblar las apuestas para comprar a futuro a precios exorbitantes. El mercado responde a niveles de confianza o incertidumbre. Los inventarios estadounidenses de crudo se incrementaron y Washington aflojó las reservas. El otro factor es que China, debido al rebrote de contagios de la pandemia ha ordenado medidas más restrictivas de confinamiento. Una disminución de la demanda en la segunda economía mundial por supuesto que incide como freno a la escalada de precios. Además, por muy apetecible el impulso de los alagartados de la OPEP, de vender a precios de extorsión, tampoco les conviene a largo plazo que las economías mundiales caigan en recesión. Ya la pandemia causó estragos a la demanda. Profundizar sobre las secuelas que todavía quedan sería una estrategia estúpida. Nos referimos a recortar el suministro de crudo para mantener precios elevados. Una contracción económica mayor lo que haría sería provocar un desplome de precios como consecuencia de una drástica reducción de la demanda.

Otra platanazo fue del bitcóin. “La criptomoneda más conocida del mercado, cayó a más de un 2.6% –hasta los 38.488 dólares– y alcanza su nivel más bajo en seis semanas, mientras el dólar se revaloriza por las expectativas de que la Reserva Federal (FED) aumente mucho los tipos de interés”. También en otro editorial explicábamos que la criptomoneda, o moneda da valor virtual, fue ideada como una fuente alternativa al dólar. Si durante la pandemia se asumía que las criptodivisas podrían consolidarse como activos de refugio –para protegerse de los vaivenes de los mercados– hoy van en caída libre. En la medida que el dólar se fortalezca, cae la confianza en las criptomonedas. ¿Cuál, entonces, es el más sólido recurso de reserva? De momento solo el oro. (Si los zombis prendidos a su adicción, en vez del basural de superficialidades que intercambian, siquiera leyeran editoriales –infiere el Sisimite– con o sin el cannabis, pasarían mejor informados).

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