Renacer azul

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29 de abril de 2022
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12:01 am
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Renacer azul

Por: Ángela Marieta Sosa
Especialista en derechos humanos

¿Existe relación entre la política vernácula y los derechos humanos?, por supuesto que sí, ya que del pensamiento político se derivan las formas de garantías de cumplimiento, respeto y satisfacción de los derechos fundamentales de la ciudadanía.

Anteriormente he sostenido la tesis, de que los derechos humanos solo pueden desarrollarse en condiciones políticas democráticas, que permiten por su naturaleza inclusiva y meritocrática, la diversidad de opiniones y acciones estratégicas encaminadas a un solo fin, el bien común.

En tal sentido, la democracia en Honduras por el contexto en el que nos encontramos presenta desafíos importantes a los partidos políticos que no son parte del gobierno actual, y es que estos, deberían reconocer los factores que los debilitaron y los llevaron a la coyuntura de desgaste sociopolítico en el que hoy se encuentran.

Específicamente, la historia del Partido Nacional nos hace recordar todas aquellas diferencias de conducción partidista que en su momento fueron superadas, y conquistaron cambios que les hicieron evolucionar en su concepción ideológica política, hasta llegar a convertirse en uno de los partidos con mayor cantidad de militantes en el país y con una de las más fuertes capacidades de convocatoria y organización que han librado batallas políticas en cada proceso electivo a nivel nacional.

Sin distanciarnos de esa conducta política interna dialéctica que históricamente les ha caracterizado, hoy el Partido Nacional de Honduras está decidido a “renacer”, pero ¿qué significa renacer políticamente? Es nacer de nuevo después de la muerte real o aparente, también es recuperar la vigencia o la importancia política que se había tenido en otro tiempo.

Renacer implica madurez política de los líderes partidistas y sus militancias, que deben ineludiblemente identificar y reconocer que se falló y se sigue fallando, para comenzar a implementar procesos de inclusión ciudadana que rompan los esquemas del caudillismo y el argollismo imperante en la historia política del país. Si bien es cierto la hondureñidad desde antes permitió esta forma de hacer política, los tiempos han cambiado y la conciencia social ha despertado, produciendo un fenómeno de orfandad política ante la ausencia de visibilidad de líderes diferentes, que se caractericen por menos retórica política demagógica y mayor capacidad pragmática de gobernanza preventiva y que dé respuesta eficiente ante la demanda de satisfacción de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las mayorías y minorías hondureñas.

Consecuentemente, Cortés se convierte en el epicentro del “renacer azul” del Partido Nacional de Honduras, sus acciones políticas inclusivas multidimensionales y de empoderamiento de las bases nacionalistas, constituyen la semilla de un referente histórico, que fundamenta sus acciones en varios pilares de pensamiento político estratégico, dentro de los cuales el más destacado el fin de semana anterior fue “En Cortés las bases mandan”, “Yo soy el renacer azul”…, la identidad nacionalista pasó de la abstracción a la introspección de cada persona militante, el sentimiento de orfandad comienza a revertirse a través de la articulación política que los líderes locales realizan como trabajo de hormiga.

La democracia de Honduras pende de un hilo, y ese hilo es la oposición política válida, y legítima, que hoy se activa desde la transparencia nacionalista inserta en nuevos líderes y en la militancia honesta que busca la transformación política y social de Honduras.

No se puede renacer desde la cruz en donde se ha crucificado al Partido Nacional de Honduras, se debe resurgir del sepulcro que irradia con luz inmaculada, la verdad, la honestidad y el deseo ferviente nacionalista de renacer a una nueva forma de hacer política, desde la libertad individual y el respeto a los derechos conquistados históricamente por las bases.

Para aquellos que creen que el Partido Nacional de Honduras murió, las bases hoy les dicen, sí murió, pero a la mentira, a la corrupción, al argollismo maquiavélico, al caudillismo inescrupuloso, para renacer a la verdad, a la honestidad y al poder de la militancia, que es la que ahora manda. El renacer azul es inclusión, participación ciudadana y meritocracia por capacidades y competencias; por el bien de la democracia del país, el Partido Nacional de Honduras hoy responde.

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