RESUMEN del editorial de ayer –“Diagnóstico Quimérico y la Terapia– sobre la visita del FMI, sus tías las zanatas y las aves agoreras. Los compatriotas huyen desesperados porque no consiguen empleo y ahora, la migración de hondureños de otro nivel social, entre ellos profesionales, técnicos, personas preparadas que tienen buen trabajo y devengan buen salario. Finalmente, la atmósfera hostil –resultado de todo el odio instigado– que afecta el estado de ánimo de la sociedad y que requiere de una terapia colectiva que modifique malos hábitos, actitudes y comportamientos. Estos son algunos comentarios de amigos lectores: Sobre las mismas recetas fondomonetaristas que ni mella le hacen al sistema disfuncional que mantiene al país dando vueltas sin salida, en el círculo vicioso del atraso: “Es más –comenta una economista– pasaron a ser más diplomáticos que técnicos, se cansaron ellos mismos de sus recetas”. “Nacieron en 1945 bajo otras circunstancias”.
Sobre el fenómeno migratorio: “Muy acertado editorial Presidente. Independientemente del estrato socioeconómico, 6-7 de cada 10 jóvenes se quieren ir del país por falta de oportunidades”. “Mi familia es un ejemplo: 2 de mis 3 hijos están trabajando, bien remunerados en EUA, y no les interesa regresar”. “Y así como mi familia, hay centenares de familias de clase media y media alta que viven una situación similar”. “Las familias se están desintegrando”. “Me preocupa ver a mis futuros nietos solo 2-3 veces al año”. Sobre la atmósfera que nos rodea escribe otro lector: “Bueno, es que todo lo que le pasa a Honduras tiene una explicación”. “Ejemplo: si alguien vive en un ambiente tóxico, digamos, una cuartería en la que interactúan gentes sin educación, vulgares, malcriadas, corruptas y hasta asesinas, claro que tengo dos opciones, o me adapto a ese precario y peligroso medio o simplemente me retiro”. “En nuestro país ese es el caso”.
“Además aquí hay gente que hace tiempo se adaptó, actos violentos todos los días y como que si nada”. “Claro al principio todos nos sorprendíamos, ahora la gente dice: ‘lo mataron porque en algo malo andaba’. Y parte sin novedad”. “Además la inequidad, la discriminación, porque la hay”.
“Se discrimina al viejo y al joven. ¿Y, quién controla eso?”. “Un ejemplo las aseguradoras a personas que han llegado a los sesenta años no las aseguran, en caso de gastos médicos”. “Además si no es con influencias estos individuos no obtienen un trabajo”. “Por eso se van”.
El enfoque de una buena lectora: “Difícil , ya no veremos ese cambio”. Queda sembrar y que otras generaciones puedan tener menos apegos enfermizos a la fatalidad, más convicción de que los cambios siempre son posibles cuando hay ganas y valentía rozando con la locura quizá (dicen que los locos no son más que los que ven el mundo de otra manera) de emprender empinadas cuestas buscando el objetivo”. “Así como usted decía ayer, que los mercados responden a niveles de confianza o incertidumbre, así estamos en términos generales”. “Y esa confianza o la autoestima como muy bien dice hoy, no se logran ni se encauzan con medidas materiales…”. (¿Y habrá forma –pregunta el Sisimite– de condenar –hasta que entiendan el daño que le hacen a Honduras– todo ese odio que se propaga que intoxica la sociedad y mantiene tan dividida la familia hondureña?).
