Mario E. Fumero
Uno de los factores que permiten la existencia de tantos corruptos en el campo de la política es la ignorancia y la falta capacidad para evaluar a las personas antes y después que entró en este mundo, y el no saber hacer un análisis profundo respecto a su vida antes y después que entró a la política.
Si nosotros hubiéramos seguidos las instrucciones de Jesús cuando afirmó que “por sus frutos los conoceremos” fácilmente podríamos determinar quiénes son aquellos que proponiendo hacer el bien al pueblo, se aprovechan de este para lucrarse y hacerse rico, tomando la plataforma política con el fin de adquirir ilícitamente riquezas, usando el sobornos y fraude. Si aplicamos el modelo de juzgar los frutos, tendríamos la fórmula más fácil para analizar y descubrir a los que entran en política con ambiciones, razón por lo cual se vuelven lustrosos y prósperos.
Hay una gran verdad sobre el enriquecimiento fácil. Ninguna persona se hace rico rápidamente trabajando honestamente, a menos que se saque la lotería o reciba una herencia, de lo contrario, toda riqueza rápida es producto de la corrupción, y la corrupción aparece cuando se hace fraude, o se roba y esto se hace visible fácilmente.
Pongamos un ejemplo, un vecino llamado Moncho vivía en una pobre casa y no tenía ni un auto. De pronto fue de candidato por un partido populista y salió electo diputado. A los cuatro años de estar en política, tenía un lujoso auto, se compró una casa y puso varios negocios. Si tomamos en cuenta lo que ganó como diputado en esos cuatro años, y sumando lo que le costó el auto, la casa y los negocios, descubrimos que le fue imposible con su sueldo, alcanzar tantos bienes en tan poco tiempo. Entonces la pregunta es ¿de dónde obtuvo tanto dinero para ser tan próspero?
¿Quién no se da cuenta cuando un político de la noche la mañana se vuelve próspero y rico? Tristemente en nuestro mundo muchos toman el camino de la política no para ayudar al necesitado, ni hacer un bien para su patria, sino porque descubren que dentro del gobierno está “la gallina de los huevos de oro”, y entrar a la política con una mano adelante y otra atrás, al poco tiempo ya tienen lujosos automóviles, grandes mansiones y abundantes cuentas bancarias. A esto le llamamos corrupción.
Así que puedo afirmar rotundamente que nadie se hace rico fácilmente, y los que lo logran, tomaron el camino de iniquidad. Así que seamos observantes de aquellos que entran a la política y analicemos sus vidas antes y después de ser políticos, de esta forma descubriremos si es un político sincero, o simplemente ha encontrado una forma de enriquecimiento ilícito fácil dentro de un sistema que por desgracia es vulnerable a la corrupción.
[email protected]
contralaapostasia.com
