SI bien estos son los urgentes tópicos sin solución que afligen a los hondureños, ninguno de ellos es objeto del debate nacional. Son otras incidencias, como la siembra del cannabis, que despiertan la curiosidad de políticos y espectadores. Sin embargo complace que, por lo menos en este foro de opinión, entre un selecto público de lectores, los temas relevantes sean motivo de discusión. Y que para esa interacción –contrario a la comunicación con pichingos de los zombis prendidos a su adicción–recurran al abecedario, haciendo uso de las palabras. Un dirigente empresarial opina: “Excelente el editorial que no es editorial es lección de vida y resumen de lo que nos pasa”. “Lástima que no escuchen ni la sociedad ni los gobiernos”. Un conocido abogado: “Presidente amigo, es gratificante cómo opinan los lectores y se identifican con las agudezas del Sisimite, especialmente las mujeres que dejan sentada su condición de ‘madres’”.
Hablando de madres, una de ellas opina: “Leyendo su editorial vaya que no estoy sola como madre con el sentimiento de amor por hijos lejos por su bien”. “A propósito del comentario de un lector referente a pedir fiado para pagar una planilla o pagar impuestos: Un negocio es rentable en Honduras si logra un margen del 50%”. “¿Cuántos lo logran? Solamente en muy pocas actividades económicas”. “Los impuestos, bueno si tiene el límite disponible, puede pagarlos con tarjeta de crédito y otros impuestos puede optar hasta pago en cuotas”. “Lo grave es que, si no es puntual pagándolos al banco, en menos de 30 días tiene que agregarle los intereses que son arriba del 35% anual”. “O ingresar un escrito a la SAR que, si le aprueban un plazo de pago, cárguele 24% de interés a la deuda, obviamente no le abarca la amnistía”. “¿Qué queda? Seguir facturando y seguir luchando”. “Peligrosa ruta económica: condena tercermundista para los que seguimos aquí siendo empresarios, y ni hablar de ‘jóvenes con futuro’”. Otro lector: “Cuanta razón tienen los testimonios”. “Mi hijo después de laborar en bancos locales por varios años ante mi negativa a incorporarlo a la burocracia estatal, decidió buscar nuevos horizontes en Santiago de Chile; donde por 4 años laboró en el Banco Estado Chileno y hace 2 años lo contrató con mejores condiciones SCOTIA BANK y así… va forjando su camino lejos de su tierra, pero cerca de sus sueños”. A otro lector le preocupa: “¿Será atinado el vaticinio de Harari que, si no nos adaptamos a la nueva realidad y seguimos actuando igual, los hondureños estamos condenados a desaparecer como sociedad?”.
Otra lectora: “Hace un corto tiempo unas primas mías que vivían en Monjarás, Marcovia, Choluteca y otra en Choloma, Cortés (incluso con universidad terminada) se fueron a EUA”. “Apenas llegaron tuvieron una oportunidad laboral con ingresos superiores a los necesarios para vivir dignamente”. “Y ellas con su ingreso pueden apoyar a mis tías en su tratamiento médico, acción que les aumenta la esperanza de vida”. “Los niños reciben una educación competitiva”. “Su seguridad física está asegurada y sin costo adicional a sus ingresos”. “Tienen una vida digna con necesidades esenciales cubiertas”. (El Sisimite agradece que lo mienten. Pero insiste: ¿Qué van a hacer con tanta desocupación y con este sistema educativo obsoleto que “educa –si en realidad creen que eso que hacen sea educar– para un mundo que ya no existe”?).
