¿SI VAN A MUDARSE?

ZV
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5 de mayo de 2022
/
12:09 am
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¿SI VAN A MUDARSE?

COMO decíamos ayer. De estos urgentes tópicos sin solución que afligen a los hondureños ninguno de ellos es objeto del debate nacional. Son otras incidencias, como la siembra del cannabis, que despiertan la curiosidad de políticos y espectadores. Sin embargo complace que, por lo menos en este foro de opinión, entre un selecto público de lectores, los temas relevantes sean motivo de discusión. Estos son otros comentarios que enriquecen el debate: “Mi hijo cumple 27 años y prefirió quedarse en EE. UU. y hacer su vida”. “Estudió tres carreras: Administración Pública, Ciencias Políticas y Economía. ¿Dónde podría trabajar en su profesión aquí en Honduras?”. “Graduarse de la Escuela Internacional Sampedrana para ingresar a una universidad privada en nuestro país (porque la pública, ni se diga, la mitad del año pasan en huelgas y perdiendo el tiempo) como que no nos terminó de convencer como familia”. “Se graduó en una universidad norteamericana”.

“Regresó un par de veces en vacaciones –prosigue el relato– y luego decidió casarse y establecerse allá”. “Es duro convivir con un hijo y de pronto tener que soltarlo; al principio el nivel de sufrimiento se eleva pero con el tiempo todo vuelve a la normalidad”. “No me arrepiento, fue lo mejor para él”. “La perspectiva de la vida le ha cambiado y además ha aprendido a valerse por sí mismo y a crecer como persona”. Otro lector: “Los desocupados, esa masa amorfa para quien ve las cosas desde su sitio de confort, se encuentra en la periferia de la ciudad, pero también en las calles limpiando vidrios de vehículos o con un niño discapacitado en brazos pidiendo”. “Otros duermen de día y trabajan de vigilantes de noche y viceversa, pasan de turno en turno, viendo cómo y de dónde consiguen para medio pasarla”. “Un segmento reducido de los trabajadores formales cuenta con mínimos beneficios de seguridad social, en relación a los miles de compatriotas que no cotizan y que en consecuencia viven a la mano de Dios”. “Sabiendo que si se enferman van ir a parar a los hospitales públicos, si acaso hay espacio para ellos”. “Bajo esas circunstancias, las caravanas están justificadas”. La pregunta aquí no debería ser: “¿Por qué te vas a arriesgar a que te maten en el camino o que te robe el coyote o que te deje tunco la bestia?”. “Aquí lo que nos debemos preguntar es: ¿qué hacemos mal para que “este fenómeno” se haya convertido en una opción de vida para nuestra gente”.

Una doctora: “Ayer me quedé pensando en lo que escribió y en realidad, no hay mucho más que opinar”. “Veo a mi hermano, que se ha esmerado tanto en hacer bien su trabajo, en ayudar a la gente, en fin, en ser buen padre y ciudadano y lo veo algo frustrado”. “No hay cómo salir adelante, no se puede hacer negocio, los trabajos no pagan por lo que uno hace y merece –aquí me incluyo yo– es comprensible querer salir corriendo de aquí”. “Pero me detienen muchas cosas; quizá sea romanticismo, pero amo mi país”. “Mi madre me dice, hagan viaje para Canadá o para Alemania, allá hay oportunidad de trabajo para todos y de todas las edades, les reconocen años de experiencia, independientemente del color político, por el que votaste o por el que te identifican, a diferencia de aquí”. “Las cosas no van a cambiar; pues no sé, la esperanza, es lo último que se pierde y espero poder ver un país mejorado en algún momento de mi vida”. “Eso, solo Dios lo sabe”. Otro lector: “Como usted bien lo explica, se quieren ir los que tienen y pueden y los que no tienen, prueban a ver si pueden”. “La razón es la percepción de inseguridad; y –como usted dice– la atmósfera hostil que se respira, cargada del odio que se instiga”. “Da la impresión que el país no tiene futuro”. Como dijo el autor israelí, “Honduras dejará de existir como país en menos de 30 años”. “Eso aumenta el desaliento”. “Nadie siente orgullo e identidad por lo nuestro, por lo que hacemos o producimos y hay un ingrediente muy fuerte, las oportunidades en EUA para trabajar”. “Una señora emigró ilegalmente a EUA en 1990, trabaja limpiando 5 casas a la semana, con lo que gana se ha comprado 8 casas y educó a sus hijos”. “El costo para ella es alto, no puede venir para ver a sus hijos y nietos pero bien vale el sacrificio”. (“Si van a mudarse –manda a decir el Sisimite– aquí ni se les ocurra venir. Arriba en la montaña, mejor solo que mal acompañado”. “Paso lejos de la toxicidad y desentendido de la hipocresía de allá abajo, disfrutando del aire fresco, regalo de la naturaleza”).

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