LAS INQUIETUDES

ZV
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6 de mayo de 2022
/
12:44 am
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LAS INQUIETUDES

SIEMPRE es grato –y Honduras nunca falla siendo un buen anfitrión– recibir la visita de un jefe de Estado. Así que bienvenido sea Andrés Manuel López Obrador. Un reconocido líder latinoamericano que no requiere de presentación. Innegable que sus méritos y su larga lucha política le conquistaron entre los mexicanos los altos honores que hoy ostenta. Cuenta, además, con muchos simpatizantes en este país. Antes que nada, para que a nadie se le ocurra malinterpretar lo que vamos a decir. Por México guardamos el mayor de los cariños, como agradecimiento. Fue uno de los pocos países a donde fuimos en visita de Estado. Con hondo sentimiento de gratitud recibimos, una honra singular, el Collar de la Orden Mexicana del Águila Azteca. Fue México –entre otros motivos apodícticos que revelan esos superiores grados de amistad dispensados a pueblos hermanos– de los primeros países que acudió en auxilio nuestro, cuando la saña destructiva del bíblico huracán desfiguró la geografía nacional.

Dicho lo anterior, la visita de tan distinguido invitado, sería más que oportuna para profundizar sobre ciertas inquietudes –en el pasado temas de conversación con diplomáticos de su país– manifestadas en este mismo espacio editorial. ¿La razón por la cual México –tan próximo y pendiente de las naciones centroamericanas durante mucho tiempo– fue alejando su mirada del sur para privilegiar su atención hacia el norte? Por supuesto que Estados Unidos, los flujos migratorios, la fuerza de los mercados y sus vínculos fronterizos son ejes incontrovertibles de esa relación. Pero ello no explica del todo la naturaleza de su distanciamiento, en las últimas décadas, de los pueblos y gobiernos de su otra frontera. Virtud de esa lejanía que con el pasar de los años se hizo evidente, durante nuestra gestión presidencial decidimos suscribir con México un Tratado de Libre Comercio. Con la esperanza de propiciar un impulso para revertir la fría tendencia. De ser posible, retornándola a algo parecido de lo fue en épocas mejores del pasado distante. No que de parte de los gobiernos mexicanos no haya habido aproximaciones. Recordamos que, en cierta ocasión, Fox estuvo en Tegucigalpa promocionando su iniciativa del Plan Puebla Panamá. Sin embargo, no supo qué responder cuando le preguntamos: ¿Presidente, y esa iniciativa suya de integración de mercados, por qué la plantea que sea solamente entre los estados y las comunidades sureñas de México, posiblemente de igual o parecidos niveles de atraso que se viven en el istmo regional, y no una integración total? Como si el abismo de desarrollo discordante, entre el norte y el sur mexicano, fuese tan profundo que solo esa salida se les ocurre para medio mitigar abajo lo que choca con lo que tienen arriba, dada su proximidad a los Estados Unidos.

A propósito de los sonados planes destinados a abordar el problema migratorio. El “plan integral” –ofrecido por este gobierno mexicano– no pasó de financiar un par de proyectos para los cuales dieron módicos recursos –una cuota de enganche– sin aportaciones adicionales que le dieran continuidad. Las anteriores administraciones norteamericanas, igual, plantearon un plan para el Triángulo Norte del que quedaron a la espera de los desembolsos. La presente administración demócrata, también ha ofrecido un “plan integral” para combatir las “causas raíz” –la falta de trabajo, las vulnerabilidades, el atraso, las calamidades naturales, la inestabilidad e inseguridad– que disparan los flujos migratorios. Ahora, otra respetuosa interrogante. ¿No es ese el mismo plan –con recursos norteamericanos– originalmente previsto para los países centroamericanos, o sea un plan ajeno, al que el gobierno mexicano pretende encaramarse encima? ¿Para distribuirse parte de los recursos dados por Washington e invertirlos en las empobrecidas zonas del sur mexicano? (Vaya casualidad, el mismo segmentado criterio planteado por Fox). Hay un documento de CEPAL que coincidentemente incorpora –al plan centroamericano– los mismos proyectos –de nombres poéticos para levantar ilusiones– que interesan al gobierno mexicano. (Estas son algunas de las preguntas que la alta comitiva del hermano país tendría la oportunidad de responder, si invitaran al Sisimite a las conferencias de prensa).

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