Todo el poder a la Policía

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6 de mayo de 2022
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12:04 am
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Todo el poder a la Policía

Por: Edgardo Rodríguez
Politólogo y Periodista

A cien días del actual gobierno socialista populista, en materia de seguridad interior ya están claras varias cosas. Lo primero, y más lamentable, es que no hay, no existe, una estrategia articulada y contundente de combate a la delincuencia de las maras y del narcotráfico. Las acciones que se están observando, en materia de incautación de droga, obedece al mando operativo de la DEA en Honduras, que es la que lidera la labor de inteligencia y acciones de campo. Esto no es nuevo, es así desde hace años. Las incongruencias y demagogia del gobierno, en este ámbito, mueve a la risa y al llanto, en el acto del 1 de mayo, jocosamente, “Mel” Zelaya, dijo que “se llevaron la cabeza, pero el cuerpo del narco continua”. Se le olvida al “comandante” que ya no es oposición, que él tiene en sus manos los recursos suficientes para impulsar el combate a los distintos carteles mexicanos que operan en el país, pero sabemos perfectamente que no lo hará.

El otro hecho fáctico es que la Policía Nacional ya es el brazo derecho del régimen socialista populista, además de los comandos insurreccionales, germen de las “milicias populares”. Una buena parte de la membresía de los uniformados de azul son sus amigos/aliados desde 2006 a la fecha, desde la época del “poder ciudadano”, trabajaron sus estructuras desde abajo y aunque el gobierno anterior les dio todo lo que podían soñar en tener, no pudo doblegar el compromiso político y la simpatía que segmentos importantes de la oficialidad y tropa sienten por el manipulador discurso del terrateniente olanchano. Pero hay algo más potente, la guerra declarada en los últimos ocho años, a las estructuras criminales de las maras, enardeció a algunos de los aliados que estos tenían y tienen dentro de la institución policial. Por eso odian a Hernández, porque intentó estropearles la fiesta. El gran show montado en su detención y entrega a la DEA, fue una especie de venganza, por los daños a los negocios. Además de lo anterior, los estrategas de Libre conocen perfectamente la rivalidad, casi enfermiza, de la Policía Nacional hacia los militares, qué mejor oportunidad para ahondar la división entre dos instituciones y tener un aliado confiable dándole el apoyo y protagonismo, ello para crear un contrapoder armado.

Este proyecto de instrumentalización de una institución clave en la seguridad del país, ha sido muy fácil y rápido de implementar, gracias a que distintos gobiernos del país han permitido y promovido una Policía Nacional, que, entre sus varios vicios, contario a las Fuerzas Armadas, es muy deliberante en su interior, altamente politizada en sus filas y no obediente al mando, recuérdese las varias “insurrecciones” que desde la unidad Cobras se impulsaron en el reciente pasado. Lamentablemente la institución policial no conoce de verticalidad del mando, disciplina y funciona como cualquier gabinete ministerial, con su burocracia y hasta con clientelismo político.

Se consumó la orden de “los militares a los cuarteles”. El nuevo poder político rápido alineó a todos los comandantes de ramas, poniendo en el mando a “víctimas” del anterior régimen. La nueva cúpula militar está clara que su rol es de sumisión total. Antes se cuadraron por dinero y prebendas, hoy por miedo a que les desmantelen la institución, temor a que se les haga rendir cuentas por los supuestos fondos para trabajos agrícolas, que supuestamente recibieron, pero que se ha dicho que solo fue una promesa. No olvidar que ese es el estilo del socialismo del siglo XXI, desarticular las Fuerzas Armadas de la “oligarquía”, para construir después una que sea fiel a la revolución, todo está en el libreto. Así las cosas, con todo el poder en la Policía Nacional, la inseguridad ciudadana ya está rápidamente repuntando, en las cárceles están de fiesta, la extorsión crece alegremente, los asesinatos y masacres seguirán en esa ruta de crecimiento y al abrirle las puertas de entrada a los dos mil elementos depurados, la mayoría por acciones turbias, viviremos una verdadera catástrofe, un gran retroceso en materia de seguridad interior, exactamente como cuando “Mel” tuvo el poder entre 2006 y 2009. Una vez más lo volvemos a repetir, lo que antes era malo, hoy es bueno. Los políticos continúan con la manipulación de las instituciones fundamentales, la diferencia es que ahora se utiliza el fantasma de JOH para justificar todos los abusos, ilegalidades y triquiñuelas. Y apenas van 100 días.

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