100 días cuesta arriba

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7 de mayo de 2022
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12:01 am
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100 días cuesta arriba

Por: Carlos Medrano
Periodista

Hacer un análisis objetivo de los primeros 100 días del gobierno de la primer Presidente electa en Honduras Xiomara Castro es una tarea compleja, ya que en este vertiginoso gobernar han existido aciertos, pero a la vez y como es natural, han existido problemas que en buena parte son heredados.

Todo gobierno inicia con dificultades debido a las carencias naturales que tiene este país que ha sido saqueado inmisericordemente por políticos inescrupulosos que han tratado a Honduras como su hacienda particular, no importándole los altos índices de pobreza que aumentan aceleradamente.

Sin duda, 12 años de gobierno nacionalista, tiene repercusiones pues existieron abusos, corrupción, mal manejo de la administración pública, dejaron las finanzas comprometidas, aumento de la burocracia, deuda externa asfixiante, crisis en la ENEE, instituciones quebradas, entre otros desmanes.

Pero una gran realidad es que la Presidente Xiomara recibió el gobierno con una guerra entre Rusia y Ucrania que ha puesto un ingrediente inflacionario peligroso en un país como Honduras, ya que dicho conflicto a agravado la crisis logística que ya estaba causando problemas en nuestra industria, pero a la vez a disparado los precios de los fertilizantes y combustibles, insumos básicos indispensables en nuestra producción.

Reorganizar un elefantiásico aparato estatal plagado de activistas, de gente que no trabaja, personal ineficiente, sueldos supernumerarios, prebendas y privilegios desproporcionados, no será tarea fácil de resolver principalmente con la necesidad de contratar a una militancia desesperada por trabajo, luego de 12 años de llanura.

Este gobierno no ha tenido paz desde el primer día de mandato, ya que solo en la elección de la presidencia del Congreso Nacional inició una crisis que amenazó con dividir a su partido y a resquebrajar la enorme voluntad popular manifestada en las urnas.

La aprobación para que venga la CICIH, da un paso al frente en el combate a la maldita corrupción que tiene de rodillas a todo un país, ya que sin lugar a duda disminuirá la impunidad.

No podemos desconocer que ha existido improvisación, revanchismo, nepotismo, hay una necesidad desesperada de cumplir las promesas de campaña, pero sin dinero, malos mensajes para la inversión nacional y extranjera, entre otros.

Si el presupuesto de la nación ya era exagerado, el aprobar un incremento de más de 51 mil millones de lempiras al ya existente para satisfacer la “deuda social”, pondrá un elemento adicional a la ya crítica deuda externa hondureña.

Las tomas de carreteras, tomas de instituciones públicas, secuestro de militantes de Libre, llantas quemadas en carreteras, protestas públicas, exigencias por contratación de personal, comandos motorizados, entre otros, asusta a propios y extraños.

La beligerancia de la figura de “Mel” Zelaya en reuniones con alcaldes y otros entes políticos, crispa a los sectores más conservadores del país debido a los antecedentes cuando fue él presidente de la República y su cercanía con países como Venezuela.

A estas alturas la alianza política que los llevó al poder pareciera esta más débil que nunca, ya que sus figuras más emblemáticas (Nasralla y Doris Gutiérrez) son estampas decorativas sin una pisca de poder, rogando oportunidades para “sumar” en el gobierno.

Otros que ya fueron incluidos son igual o peor que los exfuncionarios de la administración pasada, portando carros blindados y guardaespaldas, pese a no hacer absolutamente nada como para merecerlo, y se han hecho los “papos” con la idea de rebajarse el salario que dejaron los anteriores.

En fin, 100 días cuesta arriba, 100 días de desafíos y vicisitudes, 100 días que nos da una pauta de lo que podría venir en un gobierno de corte socialista y del poder popular.

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