HABLEMOS DE ARTE: BUSCANDO NUESTRO VERDADERO YO

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9 de mayo de 2022
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12:02 am
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HABLEMOS DE ARTE: BUSCANDO NUESTRO VERDADERO YO

Keyla Morel

Escuché parte de un audiolibro que hablaba de la importancia de encontrar nuestro “elemento” es decir; esa ocupación de vida en donde nos sentimos como “pez en el agua” sabiendo que contamos de forma natural con lo necesario para desarrollarnos plenamente y así ser felices haciendo lo que nos gusta. Fue allí donde por primera vez supe del caso de Gillian Lynne, hoy se los quiero compartir, tomé parte del texto del sitio tianacladeracoaching.com en internet.

“Gillian Lynne, nació en la Inglaterra de los años 20.

Cuando era pequeña, sus padres empezaron a recibir notas de sus maestros en la que les advertían que la niña era muy inquieta, fomentaba la indisciplina, distraía a la clase, le costaba mucho trabajo concentrase y su rendimiento académico dejaba mucho que desear.

Llegaron a sugerirles que la pequeña padecía un serio trastorno de aprendizaje. Su madre, preocupada por la situación, la llevó a un psicólogo para que le ayudara a ser “normal”. El psicólogo, tras hablar con la madre, se acercó a la niña y le comentó que se quedara en la sala, que él y su mamá tenían que salir un momento; pero antes, el doctor encendió una radio que tenía en su escritorio.

Una vez fuera, la madre interrogó con la mirada al psicólogo, pero este le dijo que solo tenían que fijarse en Gillian, y así observaron como la pequeña comenzó a mover sus pies al ritmo de la música, se levantó y comenzó a bailar. Entonces, el doctor se dirigió a la madre y le dijo: – “Señora, su hija no tiene un trastorno, su hija es bailarina. Le recomiendo que la lleve a una escuela de danza”.

Gillian, sí tenía la capacidad de estar atenta y concentrarse, solo que necesitaba llegar a ello de una manera distinta a la mayoría de los niños y niñas de la clase.

¿Te imaginas que hubiera sido de Gillian si la opinión del colegio hubiese prevalecido? ¿Qué habría ocurrido si hubiese sido otro el psicólogo y le hubiera recomendado terapias sin sentido y medicamentos que solo buscarían que ella “encajara” en el mismo molde impuesto para la mayoría?

Lo que habría ocurrido, es que el mundo no hubiera conocido a Gillian Lynne, una de las más maravillosas y valoradas bailarinas de todos los tiempos. Precursora de obras donde se mezcla el jazz, la danza clásica y el teatro; creadora de coreografías y espectáculos como “El fantasma de la Ópera” y “Cats”, y que además de hacerse inmensamente rica, hizo feliz a millones de espectadores que han disfrutado de sus espectáculos alrededor de todo el mundo.

La propia Gillian afirmó que al entrar en la escuela de danza: “Fue maravilloso encontrase con tanta gente que no podía estar quieta y necesitaba moverse para pensar”.

El caso de Gillian Lynne se ha convertido en un ejemplo contundente sobre la forma en que los actuales modelos educativos, en la mayoría de las ocasiones, no educan en creatividad, sino que cortan o eliminan ese sello o talento que nos hace diferentes y que, por tanto, distorsiona la” normalidad” de las aulas.

Todos tenemos en nuestro interior nuestros propios dones y talentos, nuestras cualidades innatas, aquellas que se nos han venido dado de serie, lo que pasa que están cubiertas de capas y capas de creencias, mandatos impuestos por nuestra educación, profesores, padres y sociedad.”

Son muchos los que tratan de introducir a nuestros niños en moldes de “normalidad” cuando ellos sienten una vocación poco convencional. Es importante entender que los seres humanos somos una creación personalizada con dones y talentos individuales.

Termino citando una frase que me marcó siendo aún una adolescente: “Eres original, no mueras como una copia”.

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