La Unión Europea, un actor global más necesario que nunca
Por: Jaume Segura
Embajador de la Unión Europea en Honduras
Hoy es el día de Europa. Un 9 de mayo de 1950, el entonces ministro de Exteriores de Francia, Robert Schuman, hizo su famosa declaración llamando a la unificación de Europa para evitar que la guerra, que había devastado el continente y gran parte del planeta, nunca más fuera posible.
72 años después de ese sueño utópico hoy hecho realidad, la guerra ha vuelto a Europa con la invasión de Ucrania. Sin embargo, a diferencia de lo que había ocurrido en el pasado, hoy existe la Unión Europea (UE), un actor global cuya reacción sin precedentes, ante la agresión de Rusia en las fronteras mismas de la UE, ha impedido una catástrofe aún mayor. La existencia misma de la UE, el proceso de integración política y económica más exitoso de la historia, se ha revelado como la mejor garantía para la paz. Si no existiera la Unión Europea estaríamos ya en plena Tercera Guerra Mundial. La reacción de la UE y de sus aliados, que son aplastante mayoría en el mundo y entre los que se encuentra Honduras, ha impedido que la agresión rusa arrasara Ucrania y que Putin hubiera continuado su invasión hasta quién sabe qué capital europea. Aun así, la agresión continúa, cuesta vidas humanas y crea enormes sufrimientos a millones de ucranianos y ucranianas, y también a todos aquellos rusos y rusas que sufren las consecuencias de una guerra absurda e injustificada, o son perseguidos por oponerse a ella. Pero sin la existencia de una UE más fuerte y unida que nunca, las consecuencias habrían sido devastadoras para el mundo entero.
En el fondo, lo que el régimen de Putin ataca es la idea misma de Europa. Ataca la libertad. Ataca la democracia. Ataca el respeto irrestricto a los derechos humanos, a la igualdad de género o a la diversidad. Putin ataca la voluntad de los ucranianos de ser plenamente europeos, de ser libres, de tener una sociedad cohesionada, de pertenecer a una alianza que les dé la seguridad de que ningún régimen despótico va a invadir su territorio, asesinar a sus ciudadanos y acabar con su soberanía.
Aunque Europa parezca lejos de Honduras, no lo está, y Honduras también sufre las consecuencias de la agresión de Putin. Estamos lejos geográficamente, aunque en el mundo en el que vivimos eso tiene cada vez menos importancia. Estamos cerca porque compartimos los mismos valores, la misma voluntad de nuestras ciudadanas y ciudadanos de tener sociedades verdaderamente libres, democráticas, donde se respeten nuestros derechos y libertades fundamentales, donde cada uno pueda desarrollar sus proyectos de vida y elegir su propio destino.
El pueblo hondureño dio una lección de democracia el pasado mes de noviembre, y alcanzó un hito histórico con la elección de la primera Presidenta de la República. Europa estuvo al lado de Honduras en ese proceso, apoyando a las instituciones electorales y desplegando una nueva Misión de Observación Electoral. Europa quiere seguir estando, y estará, al lado de los hondureños y las hondureñas en esta nueva etapa que emprenden con ilusión y esperanza. Es por ello que seguiremos siendo un socio principal de Honduras, como lo hemos sido desde hace mucho. Siempre centrados en el bienestar de las ciudadanas y los ciudadanos, en la lucha contra la pobreza o contra el cambio climático, en el fomento del empleo decente y el desarrollo de un sector privado competitivo, en la generación de oportunidades para todos y todas, en la construcción de un verdadero Estado de derecho y una democracia plena e inclusiva. Queremos para el pueblo hondureño lo mismo que para nuestros pueblos: seguridad alimentaria, derechos y libertades, educación de calidad para todos, empleos dignos que canalicen el enorme talento que hay en el país, sistemas públicos de salud eficientes, o un entorno sostenible que garantice que nuestros hijos e hijas, nietos y nietas podrán seguir viviendo en este planeta. En definitiva, una sociedad libre, democrática, sostenible e inclusiva. Para ello seguiremos dedicando en los próximos años importantes recursos, junto a nuestros estados miembros, que beneficien en primer lugar a las personas. Todas y todos los hondureños, desde el gobierno a la empresa privada, desde la sociedad civil a la academia, pasando por los defensores de derechos humanos o los emprendedores, pueden contar con la Unión Europea como un socio principal.
