MÚSICA, GUERRA Y REVOLUCIÓN

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14 de mayo de 2022
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12:02 am
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MÚSICA, GUERRA Y REVOLUCIÓN

LA GRAN GUERRA, como se le denominó en Europa a la Primera Guerra Mundial (1914-1919), no solamente provocó una gran destrucción material y pérdida de vidas humanas. Transformó, radicalmente, la forma de pensar y actuar en todos los sectores sociales. Los músicos no fueron la excepción.

Ya desde 1906, el compositor Arnold Schomberg había decidido romper con los moldes musicales tradicionales. Decidió experimentar con la atonalidad, es decir, a no componer sus obras con una tonalidad fija, como era lo usual y tradicional. Se impuso, durante varias décadas, el llamado Sistema Dodecafónico. Bien podría decirse, que los futuristas del arte anhelaban la guerra. La veían como una forma de depuración de las estructuras caducas de la sociedad y de las formas de pensar.

Otro compositor de la misma tendencia, Antón Webern, se puso el uniforme militar con orgullo y aunque deseaba marchar al frente de guerra, fue transferido a labores de tipo administrativo. Era demasiado alto, para combatir.

El famoso compositor inglés Gustav Holst, hizo una apología de la guerra, en su grandiosa obra sinfónica LOS PLANETAS cuya primera sección intituló: “Marte, el Portador de la Guerra”.

Curiosamente, mientras en el frente de guerra ocurrían cosas terribles, nunca antes imaginadas, pues los conflictos dejaron de dirimirse con rifles y cañones, para dar lugar a una guerra industrializada, con tanques, aviones y gases venenosos, en Viena, la capital del Imperio Austro Húngaro, la vida transcurría con placidez, bajo el influjo de los valses y los vinos. El dulce encanto de la burguesía.

Los compositores franceses, reaccionaban de manera distinta. Sentían y se solidarizaban con el sufrimiento de los combatientes y de las poblaciones que soportaban la destrucción. Solo en el año 1916, en el curso de unas semanas, ocurrieron 300,000 bajas en las filas militares. Maurice Ravel, compone su famosa obra “La Tombeau de Couperin”, que no solo supone un homenaje al famoso compositor barroco francés, sino también a los soldados caídos en la guerra.

El compositor Alban Berg, compone su famosa ópera WOZZECK, cuyo principal protagonista representa a un personaje noble y humano, que encarna los sentimientos antibelicistas.

Al término del conflicto, el notable pianista austriaco Mauricio Wiggenstein, quien había perdido en el conflicto su brazo derecho, recibe la solidaridad de varios compositores europeos, entre ellos el mismo Ravel, (Concierto para la Mano Izquierda), para que pudiera seguir ofreciendo su arte pianístico. Otros compositores como Korngold y Prokoffiev, harán lo propio.

Ahora, los compositores europeos están en búsqueda de la nostalgia y los sentimientos idílicos anteriores al conflicto, como inspiración para sus obras musicales. Ya Ravel y Debussy, lo venían haciendo, pues su idiosincrasia estaba formada por otros valores.

Pero, ya ha iniciado la Revolución Bolchevique (1917), que implicará otra convulsión en el campo del arte, lo cual merece un análisis especial.

Tegucigalpa, M.D.C., 14 de mayo de 2022.

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