Semblanza biográfica de Catarino Castro Serrano: intelectual garífuna hondureño

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14 de mayo de 2022
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Semblanza biográfica de Catarino Castro Serrano: intelectual garífuna hondureño

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Miguel Rodríguez

Castro Serrano, Catarino., El Radiograma, nº 36 (junio 1930): 1.
Introducción

Catarino Castro Serrano nació el 30 de abril de 1892 en Trujillo, Colón. Sus padres fueron Jacinto Cacho y Martha Lalín Serrano. De origen garífuna, tuvo una vida muy productiva en el periodismo, la filosofía y la política. Escribió un interesante libro de historia intitulado “Honduras en la primera centuria. Nuestra vida política, diplomática, militar y cultural de los primeros cien años 1821-1921” (1921), que es su principal aporte al pensamiento hondureño e imagen de su persona. Fue diputado en la legislatura hondureña entre 1926-1930 e incursionó muy prolíficamente en la difusión del pensamiento teosófico centroamericano.

Viajó a estudiar al Instituto Nacional de Tegucigalpa en donde obtuvo su título de Perito Mercantil y Contador Público. Después de su etapa como estudiante ejerció una diversidad de actividades relacionadas a la cultura y la administración pública. Este personaje es considerado el “primer intelectual garífuna hondureño” y el primero de su grupo étnico en ejercer una legislatura. Catarino Castro Serrano fue un “escritor combativo” y parte del Grupo Renovación (1925). Dirigió varias publicaciones y estuvo presente en el proceso de fundación del Instituto “Espíritu del Siglo” de su natal Trujillo en 1930. Dedicado al pensamiento teosofista y al periodismo, murió el 10 de enero de 1939 a causa de un “sincope cardíaco” en Tegucigalpa.

En el contexto de la conmemoración del bicentenario de la independencia de Centroamérica (2021), su obra central salió a la luz pública en vista al conocimiento de cómo los hondureños conmemoraron el primer centenario de la independencia en 1921. Argueta (2021), Ávila (2021), Bardales y Lemus (2019) y el que ahora escribe estas líneas (2021) han puesto en relieve esta temática, dentro de la cual sobresale Catarino Castro Serrano. Quizá por razones oficiales, reflexión histórica o interés propio, el bicentenario en cuestión ha sido revalorizado tanto en aspectos históricos, académicos y políticos.

En este ensayo nos proponemos pincelar una semblanza biográfica considerando su obra (principal) y la documentación primaria sobre su vida. Es pertinente señalar que tenemos una escasa evidencia documental sobre su vida personal, política y social, problemática metodológica que determina por qué pretendemos acercarnos a este autor considerando su obra y entendiendo su quehacer el contexto en el que se desenvolvió.

Este arquetipo metodológico nos posibilita un camino particular para acercarnos al conocimiento del pasado considerando los aspectos singulares de la vida de una persona. Nos remitimos a su principal obra escrita, como una forma introductoria a su vida, hoy olvidada de la memoria histórica hondureña. Esta dualidad metódica nos remitirá a una consideración central, la vida y obra de Catarino Castro Serrano, así como muchos de sus contemporáneos; solo se puede comprender a la luz de su obra y contexto en que vivieron.

Aspectos conceptuales y metodológicos
¿Podemos conocer la vida de un hombre como Catarino Castro Serrano atendiendo a su obra y contexto? Sus aspectos singulares como persona, su trabajo y conducta permiten plantearnos las siguientes anotaciones.

Biografía y contexto es parte de la topología conceptual formulada por Geovany Levi (1989) en donde caracterizó las formas en que se ha presentado la biografía histórica como objeto de estudio (Levi, 1989, trad. Banzato, 2011). Comenta las diferentes tradiciones biográficas, una de las cuales es la aludida anteriormente. Con muchas particularidades, la biografía es un importante debate epistemológico con el cual se plantea conocer la historia considerando los aspectos singulares de los individuos. Esta referencia plantea que los individuos existen en un plano social determinado, mismos que pueden movilizar las fuerzas de cambio en un contexto particular y por lo tanto ser actores de una realidad concreta, sea en forma de colectivo o individualidades.

La biografía se ha planteado desde muchos campos y con muchos fines. Su historia se remonta al mundo antiguo y es hasta hace poco que se plantea desde una visión histórica en cuanto tal (Bruno, 2012). Su problemática estriba en comprender el pasado a la vista de las singularidades que pueden ofrecer los individuos, que son el motor de la historia. Para lo que aquí nos concierne, interesa la forma en cómo entiende este tipo de biografías con motivo explicar la dimensión individual y social de un individuo haciendo “hincapié en la época, el entorno y el medio ambiente como factores que pueden caracterizar a una atmósfera que explicará los destinos en su singularidad” (Levi, 1989. Trad. Banzato, 2011. p.7).

Como un actor histórico, Castro Serrano nos plantea otra consideración; las fuentes y su olvido de la memoria colectiva hondureña, hacen del recurso primario, a excepción de su trabajo principal, muy limitado. Aunque este problema es generalizado en las fuentes para la historia de Honduras, este tipo de aproximación a la vida de una persona se torna dinámico e innovador en vista de que, así como muchos de sus contemporáneos hoy solo es posible conocerlos a la luz de su aporte y contexto.

Honduras en la primera centuria. Nuestra vida política, diplomática, militar y cultural de los primeros cien años 1821-1921 (1921) entendida como la producción no solo de un hombre, sino de una época, la información básica de Catarino Castro Serrano y el contexto hondureño pueden brindar un esquema conceptual por el cual empezar a conocer esta persona históricamente. Este libro es un reflejo explícito de una época y en él se trata de vislumbrar algunas vicisitudes de la realidad, esa que le tocó vivir a su autor. Entonces, la cuestión estriba en “interpretar las vicisitudes biográficas a la luz de un contexto que las hace posibles y por lo tanto normales” (Ibidem, pp.8).

Su obra se plantea como una aproximación a una época particular que él mismo autor dibuja en su comprensión de Honduras y su reflejo como individuo en la sociedad. Sin duda aproximarnos a comprender la vida de un individuo implicara ver todos los panoramas posibles a las que un día el biografiado vivió, consciente o inconscientemente. La metodología que implica este tipo de tradición biográfica nos remite a considerar a su obra y ver las fuentes que hasta hoy sobreviven y que describen como eran estas singularidades. Podríamos incluso considerar a su principal obra como una autobiografía, en donde su autor canalizó parte de sí como individuo.

Estas fuentes, mayormente dispersas fueron extraídas en su mayoría de revistas y periódicos de su época. Sus vicisitudes biográficas algunas fueron comprobadas, aunque es pertinente manifestar que más ha sido el interés por recordarlo anecdóticamente que como actor histórico, como ha sido la constante en el género biográfico hondureño.

Fuentes e historiografía
La biografía en Honduras ha sido un género por consolidarse. Existen muchas aproximaciones literarias, documentales o apologéticas sobre la vida principalmente de “patricios” hondureños elaborados desde diferentes ambientes, valoradas según su fin o utilidad. Este género se ha caracterizado según lo expone Argueta (1985) por la “carencia de sinceridad y autenticidad, en cuanto que el biografiado no es expuesto, por sí y por otros, con sus errores y aciertos, sus logros y limitaciones, sus fallos y triunfos, sino que es visto bajo la óptica partidista y personal, con lo que se cae en la imagen parcializada y deformada. La ausencia de amenidad y variedad, la relación entre el hombre y su tiempo, su entorno económico-social y la visión no solo local, sino también regional y mundial son otras de las fallas visibles de este género…”.

Esta interpretación fue de nuevo expuesta en el marco del seminario “Teoría y método del género biográfico y su incidencia en la historiografía hondureña”. Se consideró a la tradición biografía hondureña más apologética ya que “carecen de elementos interpretativos de los contextos históricos, mundo circundante y generacional, por no disponer de archivos personales que demuestren con evidencia documental el papel del biografiado, y procurar un diálogo historiográfico sobre las presunciones teóricas con que se ha abordado la naturaleza de la biografía”. (Zepeda, 2018).

Debemos tener en cuenta que cada aporte biográfico ha jugado un papel que aún falta conocer sobre los biografiados y sus contextos e incluso a sus biógrafos, a saber, los fines políticos, ideológicos, personales o colectivos. “Historiografía de la biografía en Honduras” (2018) contabiliza más de 200 obras, entre semblanzas, apologías, biografías de políticos; colectivos, mujeres, instituciones y autobiografías de diferentes perspectivas, tiempos, lugares e intenciones4. Argueta plantea “Las diez mejores biografías” (2021), singulares esfuerzos por dimensionar a los biografiados en sus contextos.

En el caso de Catarino Castro Serrano son muy vagas las referencias documentales o biográficas. Apenas se grafica parte de su trabajo en la “Historia de la Cultura Hondureña” (1981) de Rafael Heliodoro Valle como director de varias revistas y en los apuntes publicados en “El espiritismo en pijama” (1939) escrito por el Padre Antonio Coll, fruto de una discusión entre este y la Revista de la Sociedad Teosófica “El Nuevo Oriente” de la cual Catarino Castro Serrano era su director.

Muy pronto a su muerte se escribió la “Semblanza de don Catarino Castro Serrano” escrita por Gonzalo Gonzales y publicado un fragmento en el diario “En Marcha” de Tegucigalpa el 26 de enero 1946. Tal “extracto” es la fuente bibliográfica más sobresaliente sobre este personaje y su aporte amerita contextualizarlo. Su autor, también perteneció al círculo teosófico de Tegucigalpa y fue parte de la discusión entre el padre Coll y la revista “Nuevo Oriente” en 1939. No sabemos con certeza qué motivó a Gonzalo Gonzales a escribir esta semblanza6, pero si notamos claramente que su carácter es más una “apología” biográfica de carácter personal y anecdótico. Esto último quizá se explica en vista de que el mismo autor fue el sucesor de Catarino Castro Serrano en la dirección de la Sociedad teosófica “El Nuevo Oriente”.

Entre 1946 y 2008 no se encontró un intento bibliográfico por rescatar la memoria de Catarino Castro Serrano. Aunque sí es posible aseverar que su legado en la tradición oral atlántica hondureña fue por muchos años proyectada. En Iriona, Colón se fundó un “Kínder” que lleva su nombre (Ávila, 2021).

En 2008 se publicó “Catarino Castro Serrano, primer intelectual garífuna hondureño. Apuntes biográficos”.7 Es en este artículo en donde se afirma su condición de “primer intelectual” y “primer diputado garífuna” de Honduras. No es posible corroborar esta información hoy, ni con este aporte ni con la documentación a disposición, pero sí nos demuestra hasta cierto punto el disperso y difuso imaginario en el que se encuentra su persona en la memoria histórica garífuna hondureña. Este escrito rescata parcialmente a Catarino Castro Serrano y es la evidencia aproximativa más contemporánea a su vida.

Nos brinda una luz en cuanto a su memoria en el que anecdotiza a este y su grupo étnico con base en la evidencia oral. Su lectura hasta el momento se nos presenta, como una forma de recordar, pero a la vez promover sus aspectos singulares como su etnicidad y condición intelectual. Una semblanza tiene un fin claramente descriptivo y divulgativo, pero carece de elementos interpretativos de su vida y en muchos casos se recurre a datos erróneos sobre este.

Siguiendo este esquema, desde Estados Unidos de América, Francisco Ávila (2021) lo dimensionó, tomando la aseveración de Suazo, Arzú, Sabio González, & González como el primer garífuna hondureño en ser “intelectual y diputado”, connotando su papel étnico y su aporte como legado cultural del pueblo garífuna a la historia de Honduras. Otra interesante reseña la brinda Duque Castillo en “Aportes del pueblo afrodescendiente: la historia oculta de América Latina” (2013). Y “Dos Hondureños olvidados” (2021), del historiador Mario R. Argueta lo dimensiona históricamente en función de su aporte como lo fue su principal obra.

Catarino Castro Serrano (1892-1939).

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