Mujeres latinas de negocios en el mundo

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20 de mayo de 2022
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12:04 am
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Mujeres latinas de negocios en el mundo

Por: Ángela Marieta Sosa
Especialista en derechos humanos

En alguna ocasión me preguntaron ¿y es que tú no eres mujer de negocios? Reflexioné, y es que mi área es el estudio, el intelecto y evidentemente el aporte a la conciencia ciudadana nacional y hemisférica, sobre temas de derechos humanos. Sin perjuicio de ello en varias etapas de mi vida, fui ama de casa, servidora en una Fraternidad de Negocios del Evangelio Completo (Damas Fihnec capítulo Honduras), estudiante, y por supuesto que he tenido emprendimientos como negociante de diferentes artículos como de aseo, ropa y comida.

En ese difícil caminar tuve la oportunidad de aprender lecciones importantes como mujer que salía adelante por vías que no eran las más fáciles, pero sobre todo porque recordaba las palabras de mi madre, “el trabajo honesto no es fácil pero no deshonra a nadie” y es cierto, porque de todo lo que he experimentado hasta hoy en mi vida, no siento vergüenza, ni culpa.

Expresiones xenofóbicas como “es que eres latina…”, denotan la inconformidad ante mujeres que representamos una historia ancestral y tradiciones que por muchos años han dado resultado, en la iglesia, la familia y la comunidad, formando seres humanos responsables y conscientes de como transformar su realidad en algo positivo.

Mujeres latinas occidentales, su mejor negocio, no es mostrar su cuerpo en mayas negras caladas, ni disfraces eróticos, colocándose tragos en medio de sus senos para que se los puedan comprar, su mayor riqueza está en sus valores, sus creencias, su cultura, su gastronomía, su familia, su cosmovisión, su rol en el hogar, en la sociedad, ahí es donde está la verdadera mujer maravilla, que no es casualidad que siempre es representada por mujeres de piel trigueña y pelo negro que se enfrentan a duras batallas; muchas de estas mujeres excepcionales, dentro de las cuales me incluyo, se destacan en diferentes tipos de emprendimiento en sus mismos países de origen o en los países donde se ven obligadas a migrar por la falta de oportunidades, empresarias de rubros diferentes, café, chocolate, gastronomía regional, diseñadoras de ropa, arquitectas, abogadas, escritoras, obreras de construcción, domésticas, empresarias de limpieza de casas, cuidadoras de niños ajenos, de enfermos y de adultos mayores.

Esta mujer, “latina occidental” tiene clara su visión de negocios, y es un pilar fundamental en la conservación de valores y tradiciones que transmiten a sus descendiente, además ella “la latina”, esa que se viste estampada de flores como su espíritu primaveral, reconoce dónde está su mayor riqueza, y es en su interior, en su resiliencia, en su familia, en ganarse cada peso con el sudor de su frente, de sol a sol, enfocada en su trabajo, porque la mayoría han evolucionado en su pensamiento, se han vuelto independientes económicamente, empoderadas, y ofrecen un tipo de amor que no se da por conveniencia, ni dependencia, sino por convicción, autorrealización, así como realización en pareja y en familia.

Es justo que la mujer latina sea reconocida por sus méritos físicos, intelectuales y de desempeño, en primer lugar por su familia, después por la comunidad y ahora por mí, que dedico este importante espacio para mujeres ejemplo a seguir como mis hermanas Lesny Mendoza que siempre sonríe y tiene una palabra de aliento para quienes le conocemos, Isabel Arnodo quien trabaja en construcción en un país al que tuvo que migrar para superarse y superar a su familia, Alejandra Fuentes hispana que abre espacios para otras mujeres con trayectoria de vida, Karla Sosa quien aún teniendo sus propios hijos tuvo un corazón tan grande que adoptó otro bebé, Martina Rohel mujer poliglota, consultora internacional, que aun sabiéndose altamente preparada para ocupar los mejores lugares en este mundo, abre espacios laborales para otras mujeres, sin un ápice de egoísmo ni misoginia, Jensy y Makeni Macías Álvarez, hermanas que trabajan con empeño y pasión para sacar adelante su familia, cuidándose mutuamente, Silvia Marisol, Sagrario y Fátima Veroy, mujeres de Dios incansables guerreras de la oración por sus familias y sus prójimos, empeñadas en sus trabajos y ocupaciones para sostener sus hogares, Keyla Alegría mujer valiente y esforzada que desde el país al que migró se sostiene ella misma, a su hija y su familia materna.

Finalmente quiero contarles, que en alguna ocasión conversé con una bartender originaria de Centroamérica, que trabajaba en un restaurante bar en Estados Unidos de América, y me comentaba llena de ilusión en su mirada, que pronto abriría su negocio de comida regional, su testimonio me llenó de esperanza, de que cuando se quiere salir adelante por caminos difíciles sí se puede, solo es que hay que tener voluntad para vivir de diferente manera y no dañar a otros.

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