CRISIS DE ABASTECIMIENTO Y LA AFICIÓN

MA
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24 de mayo de 2022
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12:25 am
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CRISIS DE ABASTECIMIENTO Y LA AFICIÓN

EL editorial de ayer alertaba sobre la catástrofe alimentaria que se avecina, y además planteaba la dificultad en el despacho de materia prima importada — indispensable para la elaboración de artículos que abastecen el mercado local– que afecta a las empresas nacionales. Con la tuerce que sus proveedores en el exterior les multiplicaron los precios de lo poco que les mandan. Estas son reacciones de los lectores: “El artículo en “The Economist” es solo uno de los que pronostican este gran desafío que nos viene”. “No es el problema de producir los alimentos a nivel mundial, es la logística de llevarlos al mundo”. “En nuestro caso es traerlos a Honduras”. “Desgraciadamente en el TLC nos acomodamos a traer de todo aún teniendo las condiciones de producirlo localmente”. “Desde el maíz (¿qué pensarán los dioses Mayas?) y otros granos, hasta la carne de cerdo y pollos –de lo que más se consume– vienen de afuera”. “No hay financiamiento para los productores, –mucho de lo que urge hacer está paralizado– y llegó el invierno y no se está sembrando”. “Viene una crisis mundial de alimentación –y quién sabe si no local si no se siembra– pero aquí la afición feliz con el gol del ‘Choco’”.

Otro lector: “La crisis ya la sienten los agricultores, ganaderos, porcicultores, etcétera”. ”Lo caro de los fertilizantes golpea las actividades del campo”. “Deberían estar promoviendo los (abonos orgánicos de la “lombriz” y así amortiguar la escasez de alimentos), pero las preocupaciones aquí son políticas y de otras cosas”. Un empresario: “Lo estamos viendo en nuestras industrias con el suministro de materias primas”. “Pero varios que nunca han creado una fuente de trabajo ven como enemigos –y hasta con odio– al que invierte y arriesga capital”. “Y en la agricultura ¿qué decir? Solo el precio de la urea se ha triplicado”. “Arcaicos sistemas de riego y otras dificultades, frente a masiva importación de productos agrícolas, a precios más bajos que no les permite al campesino y agricultor hondureño competir”. “Las razones –como usted bien lo dice– de cómo se fue perdiendo lo que “erase una vez”. “En eso deberían estar trabajando –todos los sectores– para prevenir lo que se viene”. Otro lector se lamenta: “Las actividades agrícolas son la fuente de la riqueza de un país”. “En Honduras, nos hemos dedicado a sembrar cemento en las ciudades, quemar los bosques, erradicar generaciones de emprendedores, arruinar la actividad agrícola-ganadera, promocionar invasores y destructores de zonas productoras”.

Otro gentil lector: “Gracias por poner en palabras, lo que algunos hondureños pensamos y sabemos, aunque seamos menos hábiles en el arte de la redacción”. “Quienes deben hacer algo para aliviar la crisis o no la ven o la ven y no saben qué hacer”. “Bueno, ahora confirmaremos, cuando baje la marea, lo que tanto hemos temido pues se verá a los que quedarán en pie y aquellos que esta arrastrará hacia el fondo”. “Como vivimos en un sistema de “sálvese quien pueda”, ya nadie quiere producir”. “Dicen: me sale mejor importar un furgón de mercadería, porque no tengo que pasar por todo el mortificante proceso de producción”. “Me evito el pago de trabajadores y de mano de obra calificada y además recupero rápidamente la inversión”. “Entonces ¿para qué producir?” “Mucho esfuerzo y poco aliciente”. “Tener y operar una empresa en estos días es un castigo”. “Mejor compro y vendo”. “La realidad vigente, muy pocos transforman recurso interno para exportar”. “Mientras no hayan incentivos para fortalecer lo nuestro seguiremos expectantes cada vez que se avecine una crisis como la actual”. (Si no le dan vuelta de calcetín a este sistema disfuncional no habrá producción nacional competitiva. Pero aún así, debiese haber orgullo de lo nuestro. ¿Qué explica esa preferencia a lo ajeno y esa tirria hacia lo hecho en casa? Si hasta con los valores propios –agrega el Sisimite– sucede lo mismo, un embeleso por lo de afuera y una descalificación persistente al talento patrio).

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