Seguridad alimentaria

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26 de mayo de 2022
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12:04 am
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Seguridad alimentaria

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Por: Carolina Alduvín

Se define como el estado de certeza en la disponibilidad y acceso de provisiones de comestibles para consumo humano; en otras palabras, la capacidad que tienen las personas de obtener, ya sea produciendo o comprando, los alimentos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y las del grupo familiar y que les permita llevar una vida sana y activa. En escala de país, la seguridad alimentaria se da cuando tiene la capacidad de producir la cantidad suficiente de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales de su población. Sin revisar estadísticas, ni evaluar indicadores, no resulta difícil establecer que en nuestro país casi no existe, o apenas es una realidad para un porcentaje limitado de la población.

A raíz de la guerra declarada por Rusia contra Ucrania, las represalias económicas impuestas al agresor no se hicieron esperar, tampoco una serie de predicciones apocalípticas con respecto a la disminución en la producción de alimentos y de suministros para la agricultura, especialmente en las economías cuyos suministros provienen en gran medida de las importaciones. El agresor culpa a Occidente de haber creado una crisis mundial a través de las sanciones impuestas a su país por haber intervenido militarmente en el vecino, y se encuentra resistiendo. Según el presidente Putin, tales sanciones, van guiadas por ambiciones políticas miopes e infladas, por la rusofobia, perjudican en mayor medida los intereses nacionales de los países que las implementan, sus propias economías y el bienestar de sus ciudadanos, especialmente en Europa, donde la inflación ya se acerca al 20% y el costo de las materias primas ha aumentado más del 11%. Considera que, de continuar la obsesión por castigarlo, habrá complejas consecuencias difíciles de revertir, tanto para la Unión Europea, sus ciudadanos y para los países más pobres del mundo, que enfrentan los riesgos de una hambruna.

Las élites de los países occidentales, están dispuestas a sacrificar al resto del mundo para mantener su dominio global, establece, haciéndose la víctima de las decisiones por él mismo tomadas. En el caso de Honduras, las estimaciones del Programa Mundial de Alimentos PMA, revelan que al menos 2.6 millones de hondureños estarán en crisis o emergencia en lo que a seguridad alimentaria se refiere, entre junio y agosto. Resulta que guerra o paz al otro lado del mundo, la inseguridad alimentaria y de todo tipo siempre ha acechado a los más pobres de nuestros conciudadanos. Al visitar los centros de abasto, tanto los populares mercados, como los autoservicios mejor surtidos, es difícil imaginar sus estanterías vacías y pareciera un problema de poder adquisitivo.

Ya muchos fatalistas pronostican que, en poco tiempo, ni el hecho de tener el dinero en mano, va a garantizar disponibilidad de comestibles, por lo que el PMA sugiere al gobierno de Honduras que se prepare. La verdad es que el agro tiene décadas de estar postergado -en el mejor de lo casos- o abandonado en vista de la falta de incentivos y los inveterados problemas en tenencia de la tierra, deforestación, riego, financiamiento, dificultades y ventajismo en la comercialización por parte de los que ni siquiera producen, pero se lucran del trabajo de otros y sobre todo, el hecho de que el sistema económico privilegia lo que viene del exterior de manera que hasta ahora, resulta más productivo y menos riesgoso importar que producir.

Ahora, eso se pronostica va a cambiar y el gobierno debe implementar una política urgente de apoyo a los agricultores, que incluya financiamiento favorable, supervisión efectiva del crédito, programación y monitoreo de cosechas, facilidades en entrega de paquetes tecnológicos (fertilizantes, plaguicidas, etc.) asesoría técnica especializada, prioridad en la siembra de granos básicos, tanto en cosecha de primera como de postrera. Ahora los fertilizantes, con las sanciones impuestas no podremos importarlos de los Estados Unidos, adquirirlos directamente de Rusia será complicado, así que deberá preverse la forma de producirlos localmente. Honduras tiene tierras de cultivo, pero en su mayoría, los agricultores carecen de recursos, ya el Cohep, la Fenagh y las asociaciones campesinas deberían estar presionando en ese sentido. La comercialización también es importante y el gobierno debe intervenir para facilitarla. Urge reducir la dependencia de las importaciones, antes de aprobar matrimonio igualitario y otras sandeces.

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