CUBA, Venezuela y Nicaragua –los gobiernos a los que Washington no ha regado maíz para que lleguen a la Cumbre de las Américas– en las próximas horas se reúnen en La Habana en el marco de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). La Chayo, complacida por la convocatoria, anunció a medios oficiales: “Allí estará nuestro comandante Daniel”. En sus maratónicas mañaneras AMLO ha mantenido informada a la afición sobre los pormenores. En uno de esos sermones matutinos soltó la noticia que no aceptaría la invitación de Biden, y no acudiría al cónclave, a menos que fuese extensiva a todos los “compañeros de viaje”. En su periplo por el Triángulo Norte y Belice –que preside el CARICOM– con escala en La Habana, cabildeó apoyo a su posición entre los gobiernos visitados. No tardaron varios en sumarse. Anunciaron que si no invitaban a los excluidos, tampoco irían.
Otros –sin especificar si acuden o no a la Cumbre– se pronunciaron respaldando la inclusión, sin excepciones, ya que “si no están todos, no es Cumbre de las Américas”. En otra de sus matutinas AMLO reveló que Washington todavía no giraba las invitaciones. Se mostró esperanzado que en cualquier minuto podría producirse un cambio de posición. Los norteamericanos, preocupados por la ausencia de México en una Cumbre de las Américas, enviaron unos altos emisarios a ablandarlo. Sin embargo, no reculó. Hubo especulación que Washington, para salvar la Cumbre, podría flexibilizar su posición. Pero el cubano, dando a entender que no es “plato de segunda mano”, se adelantó a los acontecimientos. Colgó un twitter relatando su versión de los hechos: “Se sabe que el gobierno de Estados Unidos concibió desde un inicio que la Cumbre de las Américas no fuera inclusiva. Era su intención excluir a varios países, entre ellos Cuba, a pesar del fuerte reclamo regional a que se le pusiera fin a las exclusiones”. Y para poner punto y final agregó: “Agradecemos la valiente y digna posición de los países que han levantado su voz contra las exclusiones”. “Compartimos la posición de los líderes de la región que han reclamado con firmeza que todos tienen que ser invitados en pie de igualdad”. “Puedo asegurar que en ningún caso asistiré”. Pero como se trata de cantar números como en el bingo, “Estados Unidos aseguró que bajo ningún concepto invitará a representantes del gobierno venezolano a la Cumbre de las Américas, prevista el mes que viene en Los Ángeles”. “Rotundamente no. No lo reconocemos como un gobierno soberano” –dijo el coordinador de la Cumbre– a un comité del Senado cuando se le preguntó sobre la participación del gobierno de Maduro”.
“Consultado sobre la eventual participación en la Cumbre del comandante sandinista, acusado de un creciente autoritarismo, el alto funcionario estadounidense también fue definitivo”. “No”, afirmó. Aunque fue más evasivo respondiendo a las preguntas sobre la posible participación de representantes del gobierno cubano –contestando– que “la Casa Blanca estaba a cargo del asunto pero que, a su entender, ninguna invitación había sido enviada aún”. (La suerte de la Cumbre dependerá de la capacidad –de un lado y del otro– de torcer brazos. Vaya ironía. ¿Qué tanto han ponderado, al colocar las apuestas, que un fracaso de la Cumbre de Biden a quien favorecería, sin duda, sería a su rival Donald Trump? El Sisimite solo repite los dichos que escucha en los pueblos: “En el comprar y vender, rogar es perder”).
