Por: Fernando Berríos*
En los últimos días, las agendas mediáticas y las tendencias en redes sociales han girado en torno al tema de los baches. Increíble pero cierto. Los capitalinos estamos hablando de baches de pleno siglo 21 y con justa razón.
Justa razón porque el clamor popular de los capitalinos es que se proceda a reparar los enormes agujeros que han aparecido por todos lados y que representan una amenaza a la integridad de los conductores, al buen estado de los vehículos y al bolsillo de los consumidores que gasta más combustible por los atrasos en la circulación.
Este clamor popular desde luego es justificado pero hasta ahí. El tema de los baches no debería acaparar la agenda del gobierno municipal y menos del alcalde Jorgito Aldana, porque siendo muy reflexivos, hay cosas más importantes en el proyecto de transformación de una ciudad y más específicamente de una capital de la República.
Me voy a explicar mejor para evitar malos entendidos, porque tampoco estoy diciendo que no se deben reparar estos agujeros.
En una red vial pavimentada obsoleta, con asfalto vencido que data de muchas décadas, los operativos de bacheo deben ser permanentes. Ni siquiera deberían ser noticia. Estos no se pueden suspender porque entonces ocurre lo que estamos viendo.
El alcalde ha sido regidor municipal y como autoridad sabe bien que estos bacheos deben ser una actividad permanente e ininterrumpida.
De manera que, producto del malestar ciudadano, hoy se anuncian operativos de bacheo por zonas y horarios. Digamos que está bien, pero se deben redoblar esfuerzos porque a diario se reparan 3 pero surgen 10 nuevos. En ese sentido, el esfuerzo podría verse diluido y la inconformidad del capitalino seguiría en ascenso.
Este es un sano consejo para las autoridades municipales. Se deben abrir diferentes frentes de bacheo no solo en los bulevares, sino también en calles y avenidas de comunidades capitalinas que también exhiben un alarmante deterioro. Algunas de estas comunidades muy afectadas son Hato de Enmedio, Kennedy, Loarque, Miraflores, etc.
Ahora bien, dicho lo anterior, quiero enfatizar que los capitalinos no esperamos ver a nuestro alcalde enfocado en una agenda de baches porque los capitalinos no elegimos a un alcalde tapabaches.
Tener la red vial pavimentada en buen estado es una tarea predeterminada de la que se deben encargar los respectivos departamentos municipales.
La máxima autoridad edilicia debe estar enfocada en el desarrollo de una agenda más amplia, integral, futurista, que vea al municipio del Distrito Central como una urbe en desarrollo, como una gran metrópoli que garantice mejor calidad de vida para todos y todas.
En las grandes ciudades y en las ciudades en vías de desarrollo ya nadie habla de baches porque estos ni siquiera deberían existir y si existen es porque alguien no hizo bien su trabajo.
Hoy, más que hablar de baches, deberíamos estar pensando en cómo pasar del asfalto al concreto hidráulico en las principales vías de la ciudad. Hablemos de nuevos puentes para agilizar el tráfico, hablemos de señalización vertical y horizontal bajo los nuevos parámetros de vialidad, hablemos de tecnología vial, de semáforos inteligentes y sensores.
Hablemos de nuevas leyes y nuevos proyectos para proteger la integridad del peatón que a diario se expone a la barbarie y selva vial. Hablemos de cultura vial para borrar de la mente de los despiadados conductores esa conducta homicida al volante.
Hablemos de nuevas rotondas y de cómo lograr que los conductores aprendan a usarlas para que cumplan su función de reguladores automáticos de la circulación.
También queremos ver un alcalde enfocado en los problemas estructurales de la capital, como ser la falta de agua, la vulnerabilidad ante las lluvias, la reubicación de familias en riesgo.
También necesitamos autoridades municipales trabajando en grandes proyectos para promover los emprendimientos, la generación de empleos y de ingresos dignos para las familias capitalinas.
Además, queremos ver a nuestras autoridades edilicias trabajando con afán en políticas públicas para reducir el déficit habitacional, para el mejoramiento y construcción de escuelas, colegios, centros de salud y hospitales.
Queremos autoridades municipales impulsando seriamente un plan para atacar las causas multidimensionales de la pobreza en el término municipal.
Es decir, necesitamos a nuestras autoridades municipales 100% enfocadas en impulsar planes de desarrollo social, económico y ambiental.
El alcalde Aldana recién inicia su periodo de gobierno y desde luego merece el tiempo y espacio suficiente para desarrollar su plan de gobierno, para garantizar a cada ciudadano que vivirá en lo que él denomina “la ciudad de buen corazón”.
Mientras sus equipos de trabajo reparan baches, en él esperamos al estadista, a la máquina de ideas, al edil brillante que sabe cómo seguir desarrollando el municipio del Distrito Central hasta convertirlo en la urbe moderna, ordenada, limpia y segura en la que todos deseamos vivir. Manos a la obra en desarrollar esa visión de ciudad que va mucho allá de reparar baches.
*Periodista
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Twitter: @berriosfernando
