Túneles y cavernas cruzan Tegucigalpa

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21 de junio de 2022
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12:36 am
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Túneles y cavernas cruzan Tegucigalpa

Adiós 2020

Armando Cerrato

En 1972 un estudio del entonces Consejo Superior de Planificación Económica (Consuplane) reveló que la ciudad Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa y Heredia, capital de la República centroamericana de Honduras está cruzada a lo largo y ancho de su accidentada topografía por túneles y cavernas.

Tegucigalpa derivado de la palabra indígena Taguzgalpa o Cerro de Plata fue un centro minero desde su fundación en 1578. La explotación minera socavó kilómetros a lo largo y ancho de su territorio uniéndose los túneles a cavernas naturales con vetas del valioso metal que ya era explotado para adornar sus atavíos personales por un grupo de indígenas asentado en los márgenes del río Choluteca.

Cuando las minas se agotaron los españoles cerraron con rejas de hierro sus ingresos y con el tiempo, túneles y cavernas se fueron llenando de agua produciendo la misma una inestabilidad en el terreno superior que a raíz del crecimiento poblacional desorganizado y los pésimos sistemas de drenaje de las casas de barrios y colonias han producido catastróficos derrumbes y deslaves, hundimientos de tierra que se han tragado barrios y colonias enteras como sucedió en El Edén en 1972 y más recientemente en el Reparto por Arriba hasta venir a pegar al mercado San Pablo, Prados Universitarios y las Lomas del Guijarro.

La ciudad de Tegucigalpa y Comayagüela su gemela para formar el Distrito Central es sumamente vulnerable a los inviernos y con media hora de lluvia pertinaz las múltiples quebradas y los ríos que la cruzan se desbordan causando inundaciones en sitios específicos debido a los malos sistemas de drenaje y a que la gente lanza mucha basura en sus causes.

Como no existen planes de mitigación y contingencia las inundaciones son recurrentes todos los inviernos donde los damnificados son siempre las mismas familias que con el primer aguacero lo pierden todo pero que pasado el invierno vuelven a habitar lo que quedó en pie como sucede con el barrio “Los Jucos”, construido en el propio cauce de la brava quebrada La Orejona y que por lógica debería ser declarada zona inhabitable derruyendo todas las viviendas ahí construidas y buscando reubicar las familias damnificadas en una zona segura.
La ciudadanía de Tegucigalpa también condena el que la municipalidad no hace estudios de suelos antes de extender permisos para la construcción de colonias y los constructores voraces e inescrupulosos desarrollan proyectos en zonas inestables donde hay fallas geológicas y lagunetas como sucedió en el extremo norte de la capital donde se vinieron abajo como cual piezas de dominó decenas de viviendas de dos plantas al ceder los rellenos bajo su peso.

Actualmente la Corporación Municipal de Tegucigalpa se encuentra empeñada en una campaña absurda de cambio de nombres a viejos bulevares como el Centroamérica que ahora se llamará “de la resistencia popular” en una actitud sectaria, revanchista y llena de odio y de una política equivocada que llevó incluso a cambiar de nombre al emblemático estadio Nacional construido por el General Tiburcio Carías Andino y que hoy se denomina José de la Paz Herrera “Chelato Ucles”.

La campaña de cambios de nombres es ampliamente criticada pues se supone que la Corporación Municipal debería estar trabajando en la reparación de calles y avenidas porque la ciudad ya parece un paisaje lunar con enorme cantidad de baches a lo largo de sus calzadas, las aceras destruidas y las alcantarillas sin tapaderas lo que las vuelve casi intransitables y destructoras de las partes bajas de los automóviles.

A todo ello se une una destructiva y metódica campaña gubernamental de toda obra efectuada por gobiernos anteriores y que amenaza con el cierre de 178 parques populares construidos a lo largo de todo el territorio nacional para el solaz esparcimiento de niños, jóvenes y adultos mayores en un ambiente ameno y seguro, porque al parecer todo lo que antes era bueno ahora es malo y viceversa.

El problema de Tegucigalpa es que la mayoría de las personas que logran un cargo en la municipalidad son producto de un sentir político sin un plan específico de trabajo para el desarrollo infraestructural de la ciudad y tan solo con el fin de aprovecharse en beneficio propio de los millonarios fondos recaudados en calidad de cobro de voraces impuestos como tazas de bienes inmuebles, vecindad, permisos de operación de negocios e impuestos a los mismos, tazas vehiculares por lo que al adquirir una vivienda, un terreno o un vehículo no es el bien el que ingresa para desarrollar la economía familiar sino que no se termina de pagar nunca y los techos de las tazas son rotos constantemente hacia arriba sin que ese cobro de impuestos se refleje en beneficio de la ciudadanía.

Al fin de cuentas tanto el gobierno nacional como las corporaciones municipales son un gran negocio político que período a período deja multitud de nuevos ricos y sin mantenimiento debido y oportuno de las pocas vías de comunicación con que contamos y el abandono de proyectos que podrían al ser desarrollados mejorar la economía nacional al facilitar el intercambio de productos muchos de ellos de importación tan finos que son muy apetecidos por países altamente desarrollados.

Licenciado en Periodismo

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