El príncipe Carlos rinde homenaje a las víctimas del genocidio de Ruanda
El príncipe Carlos, heredero de la Corona británica, y la duquesa Camilla de Cournalles rindieron homenaje a las víctimas del genocidio de Ruanda de 1994 este miércoles, después de viajar a Kigali para representar a la reina Isabell II en la vigésimo sexta Reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth.
Tras ser recibidos esta mañana por el presidente de Ruanda, Paul Kagame, y la primera dama, Jeannette Kagame, el príncipe y la duquesa visitaron el Museo al Genocidio de Kigali, donde recibieron sepultura más de 250.000 víctimas del genocidio.
Después, ambos se dirigieron a la iglesia de Nyamata, donde alrededor de 10.000 personas que buscaban un lugar seguro para refugiarse del genocidio fueron asesinadas, y a la Aldea para la Reconciliación de Mbyo, donde víctimas y victimarios del genocidio se reúnen para conversar.
“Tanto los perpetradores como las víctimas tienen testimonios conmovedores y dolorosos del genocidio de 1994. Las aldeas de reconciliación, como Mbyo, ayudan a construir la resiliencia necesaria para que Ruanda deje atrás el pasado”, destacó la cuenta oficial de Twitter del príncipe de Gales y la duquesa de Cournalles.
“Gracias por compartir valientemente vuestras historias y por mostrar un ejemplo tan extraordinario de perdón”, añadió.
El príncipe Carlos y la duquesa de Cournalles también reconocieron el papel de las mujeres de Ruanda y las organizaciones locales que ayudaron a las mujeres que sobrevivieron el genocidio.
Es la primera vez que unos miembros de la realeza británica visitan Ruanda, el último país en incorporarse a la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth).
Kigali acoge esta semana la vigésimo sexta Reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth, que se celebra después de haber sido aplazada durante dos años por la pandemia de coronavirus.
Desde finales del siglo XIX, el Gobierno colonial alemán y más tarde el belga separaron a la población ruandesa en dos grupos cerrados: los tutsis, que representaban al 14 % de la población, y la mayoría hutu.
Las tensiones entre dos grupos -que dependiendo de cada momento de su historia tuvieron más o menos privilegios gracias a la marginación o explotación del otro- originaron una guerra civil entre el Gobierno prohutu ruandés y el rebelde Frente Patriótico Ruandés (FPR), dirigido por el actual presidente, Paul Kagame.
La noche del 6 de abril de 1994, el derribo del avión en el que viajaban los entonces presidentes de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y de Burundi, Cyprien Ntaryamira, ambos hutus, causó su muerte y supuso el detonante del genocidio contra los tutsis.
Al menos 800.000 personas fueron asesinadas en unos cien días en una de las peores matanzas étnicas de la historia reciente de la humanidad. EFE
