Todo un éxito proyecto de cría de cerdos en Santiago de Puringla

En las últimas décadas, la producción de ganado porcino ha aumentado considerablemente, debido a la necesidad de abastecer la demanda de alimentos como carne con nutrientes de alto valor, por sus proteínas, aporte de energía y vitaminas a la especie humana en el mundo.

En este contexto, las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ponen de manifiesto la evolución creciente de la población humana global, que se espera alcanzará los 8,600 millones para el año 2030.

Además, llegará a 9,800 millones para 2050 y a 11,200 para 2100, por lo que uno de los principales retos a nivel mundial será precisamente, el aprovisionamiento de alimentos. Y más importante aún es el uso responsable de los cada vez escasos recursos, la tierra mantiene su tamaño en el tiempo.

Actividades como la cría de cerdos, sobre todo en países en vías de desarrollo, se constituye como un rubro importante para fuente de alimentación y paralelamente viene a fortalecer una estrategia para “reducir la pobreza en comunidades rurales de pocos recursos y mitigar los impactos ambientales ocasionados por la explotación porcina”.

MAYOR PRODUCTIVIDAD

En ese sentido, con el propósito de coadyuvar a los esfuerzos que realiza y lidera la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), surgen importantes iniciativas como la integración de equipos multidisciplinarios mediante convenio interinstitucional, como por ejemplo el C-10 de las Fuerzas Armadas de Honduras.

El marco de acción del C-10 se centra en el objetivo de incrementar la productividad y rentabilidad agrícola, mediante la inversión en activos productivos, asistencia técnica, así como el establecimiento de una mentalidad emprendedora.

También impulsa el desarrollo de conocimientos, capacidades, actitudes y habilidades como elemento esencial generador de riqueza y bienestar para los productores y productoras agrícolas en situaciones críticas, en apoyo directo al sector público agrícola, especialmente al líder.

En virtud de lo anterior, se comparte la experiencia de éxito relacionada con el fortalecimiento de la cadena de valor del sector porcino del municipio de Santiago de Puringla, ubicado en el departamento de La Paz, donde la Asociación de Productores Agrícolas Llano de la Cruz (Apallac) se constituye como el Grupo de Productores Agropecuarios (GPA).

LECHONES DE ENGORDE

En dicha zona, Apallac ha sido directamente beneficiado por el C-10 con activos productivos como lechones para engorde, pie de cría consistentes en un verraco y 10 vientres, concentrado para un ciclo de producción y kit veterinario.

También se le ha brindado capacitación y asistencia técnica permanente durante la implementación del proyecto en temas como aspectos determinantes para la buena alimentación porcina, manejo del pie de cría, verracos y lechones, selección de razas, gestión de corrales y excrementos producidos por los animales.

A esa formación se suma el acompañamiento y monitoreo por parte de los ingenieros agrónomos y técnicos militares y civiles, para asegurar el cumplimiento del objetivo y la autosostenibilidad. Un factor muy relevante tratado ha sido la administración financiera y el fortalecimiento al trabajo en equipo, promoviendo de esa manera el trabajo en grupos.

Un factor fundamental consiste en la selección de razas para formar un plantel, ya que si bien es cierto no existe raza alguna que sea perfecta en todos los aspectos, lo ideal es escoger una que se adapte a las condiciones ambientales y climatológicas en donde se establecerá el proyecto.

ANIMALES CERTIFICADOS

Resulta imprescindible adquirir animales completamente certificados, saludables y que provengan de criaderos de reconocida responsabilidad, tanto en los asuntos de cría como fitosanitarios.

Hay una serie de características que se deben tener en cuenta para seleccionar las hembras y verracos para pie de cría y de reemplazo, independientemente de la raza, según manuales de buenas prácticas:

Para el caso, en cuanto al número de lechones por camada se refiere, la prolificidad de las hembras se evidencia por la cantidad de lechones que logre parir, y la habilidad materna es demostrada por el número de lechones que logren destetar. Estas características son de cierta heredabilidad, razón por la cual es importante seleccionar machos o hembras que provengan de camadas numerosas, de por lo menos ocho o más lechones al destete.

Asimismo, se toma en cuenta la edad a los 90 kilogramos de peso vivo, ya que el peso con relación a la edad es un parámetro que indica la precocidad del animal. Las cerdas jóvenes para pie de cría deben pesar 90 kilogramos a los 165 días o menos, y los verracos a los 150 días o antes.

En cuanto a la conformación, tanto los machos como las hembras deben presentar las características fenotípicas de la raza escogida. En general, deben presentar una conformación carnosa, buen desarrollo óseo, buenos aplomos; los machos deben presentar buena inserción y buen desarrollo testicular.

El desarrollo mamario también es de suma importancia, ya que el animal debe tener por lo mínimo seis pares de tetas bien desarrolladas, simétricas y funcionales, tanto en machos como hembras.

Los animales seleccionados, a su vez, deben estar libres de anormalidades y defectos hereditarios como hernia y criptorquidia, pezones invertidos, prolapso anal y temblores.

DATOS
La experiencia de éxito con el GPA de Llano de la Cruz en Santiago de Puringla, La Paz, evidencia que la producción y el comercio de la carne porcina representan la generación de ingresos para pobladores rurales, por lo que se requiere aumentar la producción porcina de manera responsable y tecnificada, a fin de garantizar carne de cerdo de buena calidad; productos que consecuentemente contribuyen a fortalecer la seguridad y soberanía alimentaria, objetivos primordiales en todos los gobiernos.