Tema de las Zedes no tenía nada que ver con mi nominación
María Elena Ulloa de Pineda
Por la malintencionada campaña, la Universidad de San Pedro Sula (USAP), decidió retirar a su candidata, María Elena Ullua de Pineda a la Junta Nominadora.
Ulloa escribió: El derecho de un profesional de ejercer su profesión, dentro de la legalidad, no tiene por qué ser causal de descredito.
Los abogados tenemos el derecho a trabajar en los intereses de nuestros clientes sin que seamos desacreditados y juzgados por brindar nuestros servicios profesionales.
Mi labor siempre ha sido con la empresa privada, dentro de los principios de legalidad. Nunca he recibido dinero de ningún gobierno o partido político, mi conciencia y mi moral están tranquilas.
La Universidad de San Pedro Sula (USAP), no me escogió como candidata propietaria a la Junta Nominadora en representación de las Universidades Privadas, sino que fue a través de una sesión de las Universidades Privadas que tienen Escuelas de Derecho, celebrada el día viernes 26 de agosto del 2022. No tengo la culpa de no ser la candidata deseada por intereses políticos de diversos sectores.
Me reservo el derecho de querellar a las personas que han utilizado, públicamente, términos peyorativos contra mi persona como culpable de “traición a la patria”, “vender el territorio nacional” y otros términos similares.
Esos insultos que provienen de personas públicas o privadas, y consideran que tienen el derecho a injuriar y calumniar, se ensañaron con su odio contra una mujer.
Eso no se hace. Al menos no lo hacen las personas de honor.
El tema de las Zedes no tiene nada que ver con mi nominación, lo utilizaron, al igual que con las elecciones generales, como tema de campaña, para generar rechazo de la población a un proyecto que, aunque tenía temas que se podían corregir, aseguraba la creación de inversiones y fuentes de trabajo.
Tengo en gran estimada a la Universidad de San Pedro Sula (USAP), donde me he desempeñado como directora de la Escuela de Derecho en los últimos años, y me someto a la voluntad de la misma; en el sentido de que no es conveniente arriesgarme, ni a mis compañeros de trabajo, a ofensas o maltratos; y que, además, se siga mancillando mi honor de más de 30 años de carrera, por lo tanto, no me presentaré, así como ninguno de los catedráticos de la Escuela de Derecho, a la sesión plenaria. Ya con los candidatos de su preferencia, pueden tranquilamente hacer lo que deseen.
El poder de quienes me pidieron mi renuncia de esta postulación a través de interpósitas personas, y quienes me amenazaron que si no renunciaba Iban a destruir mi reputación y mi carrera, con tal de poner sus candidatos, es demasiado fuerte. No puedo sola con toda la avalancha y abuso de poder demostrado en estos dos días desde que se hizo pública mi nominación.
Lo siento por mi país. Pensé, románticamente, que una buena persona y buen profesional, podría ayudar y contribuir con su granito de arena a obtener una Corte Suprema de Justicia más justa, apolítica, y así “adecentar” el Poder Judicial.
Mejor continuo con el ejercicio privado de mi profesión, donde me he desarrollado sin necesidad de enfrentar campañas de odio y desprestigio, que son totalmente innecesarios.
