Blasfemia cívica

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14 de septiembre de 2022
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12:44 am
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Blasfemia cívica

Una piedra en el zapato

Armando Cerrato

Como una verdadera “blasfemia cívica” nueve millones de hondureños menos los de alta en el ejército, la policía, y funcionarios de los tres poderes del Estado, condenamos la ejecución adulterada de las sagradas notas del Himno Nacional por la banda de guerra de las Fuerzas Armadas durante el acto de izada de la bandera en su día el 1 de septiembre pasado.

A las notas originales del Himno Nacional se le agregaron acordes de trompeta inexistentes en la partitura original escrita por el músico alemán nacionalizado hondureño Carlos Hartling, cuyos restos deben haberse revuelto en su tumba al oír la deformación de su esfuerzo talentoso.

Don Carlos Hartling le puso música al poema Marcha Patriótica escrito por el hondureño Augusto Constantino Coello que se considera un paseo por la historia del mundo y de Honduras, y un verdadero reflejo de la identidad nacional por lo que se le adoptó como Himno Oficial de la Republica de Honduras en el año de 1915.
Yo tengo conocimiento del Himno Nacional a partir de mi ingreso a la escuela de varones Lempira cumplidos 5 años y medio de vida en 1952, y desde esa fecha hasta hoy cuando ya tengo casi 75 años he escuchado las sagradas notas de nuestro himno sin los aberrantes acordes que le impusieron, no los músicos en sí, sino el adulterador de la partitura que se entregó para su ejecución, quizá queriendo quedar bien con la autodenominada socialista democrática Iris Xiomara Castro Sarmiento actualmente Presidente de Honduras, figura principal en el acto de izamiento de la bandera.

En mis estudios secundarios mi profesor de música y director de la banda de los Supremos Poderes, don Miguel Aguilar (QDDG), me enseñó que el Himno Nacional está escrito para ser ejecutado y cantado como una marcha alegre (allegro andante) a un ritmo de cuatro cuartos graficando su dirección con la batuta en un eje de abscisas cerrando sus extremos con una diagonal y simulando un reloj de arena inclinado.

Por su vocalización, su canto debe ser alegre y un tanto rápido para que los cuatro cuartos medidos con metrónomo suenen agradables al oído y su música resulte un deleite; pero con la deformación de sus notas el cantante que fue elegido para su interpretación poética se perdía y el acto cívico se convirtió en un adefesio musical cualquiera.

En muchos actos cívicos masivos y actividades deportivas los cantantes escogidos para interpretar el Himno Nacional lo hacen como si el mismo fuere una balada desnaturalizando así también la hermosura de su letra y su música.

Esperemos que este 15 de septiembre en que se rendirá homenaje al 201 aniversario de la independencia centroamericana de España, el Himno Nacional sea interpretado oficialmente y en su versión original por la banda de los Supremos Poderes del Estado y por cualquiera otra que desee hacerlo sin cometer la blasfemia cívica de ponerle acordes suplementarios como un insulto, quizá de buena fe, pero equivocado hacia un símbolo sagrado que nos hace estremecer y enchinar la piel cada vez que lo escuchamos, aun en nuestra tierra, no digamos cuando estamos por A o B razones en el extranjero.

Otra aberración cívica que se ha programado del 15 de septiembre es que se le ha denominado: Desfile de Refundación, y no patriótico como tradicionalmente se le conoce, porque a juicio del nuevo gobierno autodenominado Socialista Democrático lo de “patriótico” viene de “patriarca” según lo dijo y lo reafirmó el viceministro de Educación Pública, Edwin Hernández.

Semejante desaguisado revela una crasa ignorancia de los términos “patria” y “patriarcado”. El mataburro de la Real Academia de la Lengua Española dice que patria es: tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos. Y patriarcado es: organización social primitiva en que la autoridad es ejercida por un varón jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aun lejanos de un mismo linaje.

Y para colmo de males el asesor presidencial, José Manuel Zelaya Rosales ha llamado a los colectivos de su partido Libertad y Refundación Libre a un desfile paralelo incluyendo a la comunidad lésbico-gay para un recorrido desde el boulevard Morazán hacia el estadio nacional para que el partido le rinda, según él, honores a la Presidenta Xiomara Castro Sarmiento. El desfile de Libre se ha realizado tradicionalmente desde su fundación, pero terminando con un mitin en el parque central, y ha sido siempre objeto de críticas negativas por su contenido bufón de parte de la comunidad lésbico-gay, y su anuncio de interferir con el desfile cívico oficial ha hecho que 30 colegios privados, entre ellos algunos religiosos, se retiren de los actos oficiales y conmemoren el aniversario patrio en el interior de sus centros.

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