Por: Blanca Moreno (*)
-A quién favorece la “secretividad” sobre la venta de 15 caballos de raza pura, propiedad de Juan Orlando Hernández (JOH) y valorados en casi diez millones de lempiras?
Ilustrémonos: la raza equina camina a la par de la humanidad, desde tiempos bíblicos. Los cuatro jinetes del Apocalipsis montaban corceles cuyos tonos, blanco, rojo bermejo, negro azabache y amarillo bayo, tienen significados de triunfo, guerra, hambruna y muerte, respectivamente.
Jesús, el redentor del mundo, entró a Jerusalén montado en un asno. Por ahora no escribiremos de burros y burras, para no herir susceptibilidades.
Nuestros aborígenes se impresionaron con los enormes alazanes que trajeron los españoles a América. En el segundo viaje, Cristóbal Colón (1493) llevó a República Dominicana, veinte caballos y cinco yeguas, para efectos de trabajo.
Gil Gonzales Dávila -el primer gobernador de Honduras- ordenó tirar al mar unos caballos muertos. Por esa razón fue bautizado como Puerto Caballos (Cortés, actual). La intención era que los nativos no supieran que las bestias eran mortales.
Los caballos son símbolo de poder, libertad, inteligencia, elegancia y majestuosidad. Alejandro Magno domó a Bucéfalo, El Cid Campeador (Rodrigo Díaz del Vivar) compartió sus hazañas con Babieca, Napoleón amaba a Marengo, más fiel que su Josefina; Rocinante está ligado al caballero de la triste figura, don Quijote de la Mancha; Simón Bolívar a Palomo…
Pero quien sobrepasó los límites con sus excentricidades fue Calígula, (Cayo Julio César Augusto Germánico) nombrando cónsul a su caballo Incitato, con esta acción honraba su bestia y se burlaba del Senado.
Según el historiador Suetonio -crítico del emperador-, el caballo vestía de púrpura y lucía piedras preciosas. Su caballeriza era de mármol. La recién fallecida reina Isabel II del Reino Unido, fue una gran equitadora y hace cuatro meses fue retratada en el ponny Fern. La longeva monarca declaró a la revista “Horse & Hound” (Caballo y Sabueso), que tuvo ejemplares muy queridos, pero su consentido fue “Aureole” herencia de su padre Jorge VI.
Manuel Zelaya Rosales, cuando era candidato del Partido Liberal en el 2005, expresó en LT, que le gustaría reencarnarse en un potro salvaje.
Siendo presidente, adquirió a Coffee y lo llevó con su novia la yegua Ostentosa, a un desfile hípico en Nicaragua. Precisamente JOH, en un programa del fallecido David Romero, le dijo a “Mel” que había averiguado que Coffe costaba 150 mil lempiras, más su lujoso mantenimiento y que nunca había visto una especie tan grande. Y “Mel” le contestó que siempre había tenido ganado vacuno y caballar. Coffe murió abandonado, luego que su jinete fue derrocado la madrugada del 28 de junio del 2009.
El escándalo de los 15 caballos (peruanos, andaluces y un pura sangre inglés) confiscados al exmandatario ha puesto en vitrina el tema. Qué ironía!
Cada ejemplar está valorado en no menos de 20 mil dólares. Pero un solo ofertante pagó un precio simbólico que es “top secret”.
Esto nos hace recordar una anécdota de un militar, jefe de Estado, que fue a Londres, Inglaterra, a firmar un contrato millonario y le regalaron un auto de fabricación inglesa (Land Rover).
El general muy digno y en perfecto inglés, les dijo que no lo aceptaba por su alto valor económico.
Se lo venderemos por un precio simbólico de una libra esterlina, le contestaron.
-Ahhh entonces deme dos!
-Será que el comprador hondureño se llevó los 15 corceles por un precio simbólico? Los regalará? los revenderá? Los está cuidando para otro?
La Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI) debe aclarar. De lo contrario será otra “changoneta” para callar el nuevo “caballazo”.
Si volviera el pobre Juan -como le dice a JOH una señora de Gracias, Lempira- lo compensarán, anunció el flamante director de la OABI.
-Un lempira? Tiene la palabra señor Jorge Gonzáles…
(*) Periodista. Alfabetizadora de Adultos.
