Los desequilibrios del poder

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27 de septiembre de 2022
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01:03 am
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Los desequilibrios del poder

Carlos G. Cálix

Las escenas vistas recientemente están representadas por astutos juegos de poder, nuevas coaliciones y, como siempre, un deseo de mantenerse en el Ejecutivo a cualquier precio. Algo que no solo quiere conseguir el asesor y expresidente, sino quienes lo rodean. Por ello, para evitar el continuismo están a punto de entrar al juego político tres figuras de gran potencia cuyas ambiciones hasta ahora permanecen relativamente ocultas.
Además, en la Corte Sur de Nueva York se define el futuro cercano del otro expresidente y con él, terabytes de información confidencial que se vinculan a varios exfuncionarios, políticos-asesores y empresarios. Al respecto, desde Tegucigalpa tratan de desviar la atención de una posible y aguda investigación sobre dudosos fondos provenientes del extranjero, sumando el desvío de caudales de varias instituciones del gobierno. Las malas decisiones en materia económica y de seguridad están empujando a la pareja presidencial al borde de su estrategia y de su fallido matrimonio con la Alianza de Oposición. Encaminan adelantar el erróneo y caro proceso de “refundación” antes que se desvanezcan las probabilidades de una nueva reelección e intentan una apuesta peligrosa que creará dudas en el electorado.

Con el destino de la Presidencia en manos de la Corte Suprema de Justicia, procuran recoger los votos suficientes antes que los mas leales, cercanos y verdaderamente mal intencionados asesores obliguen a la señora Presidenta a reexaminar sus propias ambiciones, en medio de una crisis provocada por una nueva coalición que se está formando en contra del coordinador general de su propio partido. En definitiva, en un par de años estarán luchando por permanecer en la Casa Presidencial, asimismo, irán buscando la manera de modificar los indicadores macroeconómicos y sociales, mientras seis amenazas estarán latentes: huracanes, movimientos telúricos, sequías, inmigración, atentados terroristas y por su puesto el refortalecimiento de una real oposición que señalará mediante los órganos de justicia, el desequilibrio del poder entre la Presidenta y su asesor, el expresidente.

Una tras otra reunión de élite en un nuevo lugar supuestamente “secreto”, la filtración de la estrategia continuista, tres incidentes nacionales y uno internacional, dejarán en evidencia la ausencia de capacidades del actual gobierno. Sumado a los extraños “compañeros” que comenzarán a sembrar la desconfianza en su círculo íntimo. Ante ello, irán probando la lealtad de su equipo. Los que se queden, verán cómo en Casa Presidencial toman medidas drásticas, incluso en contra de aquellos de su confiado grupo cercano.

Un nuevo error político -muy grave- y las desacertadas opiniones en público contra dirigentes de su propio partido, generarán otra vez, la casi caída política del asesor y expresidente, obligando a la Presidenta a pagar el precio personal y familiar para permanecer en la Casa Presidencial, avivando la tensión entre la “lealtad” de ambos y las negociaciones de su futuro juntos y de forma más audaz, de su futuro separados políticamente.
¿Un poco intrigados? Tranquilos que, esto solo puede ser la contraportada de una nueva novela con algo de realismo no tan mágico. -¡O quizá no!-. Porque la realidad es ver, por ejemplo, que un expresidente en calidad de asesor sustituya a una Presidenta mientras ella viaja a Nueva York, -algo que en el sector público hondureño marca un precedente y que en el sector privado prácticamente jamás ocurre-. Lo que denota claramente los desequilibrios del poder. De hecho, nunca vi a un asesor externo, tomar el puesto del gerente general mientras se encuentra de viaje en representación de la empresa. Si he visto a la cúpula empresarial -en su mayoría “calladita” ante las amenazas a las libertades económicas, además de una sociedad civil impávida a la que hay que despertarle el interés por fortalecer la institucionalidad y hacerla que valore la libertad y el Estado de derecho. Ante ello y para que se hagan una idea, dejo algunas características que describen a los astutos manipuladores de la democracia:

Tienden a especializarse en las intrigas gubernamentales tratadas con conocimiento y profundidad, las alianzas, las traiciones y la utilización indebida de los recursos a su alcance. Manipulan las cartas y al resto de los jugadores sin tregua alguna para ganar la partida y conseguir lo que quieren, -sobre todo ante una incipiente oposición y una fracturada institucionalidad- incumplen las normas sociales con respecto a las conductas legales. Engañan a otros para beneficio personal. Son irritables y agresivos. Suelen ser despreocupados imprudentes por la seguridad de los demás. Tienden a ser diagnosticados clínicamente como sociópatas clásicos.
Ante esto, ¿qué puede hacer el pueblo cuando un funcionario abusa del poder? El pueblo debe crear los mecanismos para fortalecer las instituciones democráticas. Guiarse por principios y valores y no por simpatías personales y, mostrar congruencia política, para también exigirla.

¿Usted qué piensa?

Carlos G. Cálix. Autor de “La Señora Presidenta ¿Una solución o un problema?”

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