El viceministro ateo y el ateísmo de Estado

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30 de septiembre de 2022
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12:06 am
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El viceministro ateo y el ateísmo de Estado

Por: Carlos G. Cálix*

Que el viceministro de Educación manifieste públicamente que es ateo, no debe de alarmar a quienes creemos en Dios. Los ateos son tan ciudadanos como los creyentes. Y el Estado debe respetar a ambos. Honduras, desde 1880 es un Estado laico oficialmente neutral en materia de religión, en consecuencia, el 84% de la población es creyente, así que por fe, obra y acción no debe inquietarse, aunque sí debe estar atenta a las posturas del restante 16%. En el 32-33 d. C. Saulo de Tarso perseguía cristianos. Luego de una milagrosa conversión se transformó en un referente del cristianismo al que se le atribuyen 13 ó 14 libros de los 27 del Nuevo Testamento, siendo siete las epístolas aceptadas como enteramente escritas por el apóstol Pablo. -“Dios escribe derecho con renglones torcidos”- dijo Santa Teresa de Jesús.

En este sentido, las actitudes del viceministro Edwin Hernández son muy similares a las de Edgar Mora, quien en su momento fue el ministro de Educación de Costa Rica, mismo que expresó que él era un ateo y que no creía en Dios, ante ello, el periodista Luis Fernando Salazar del Diario Extra aludió a que “Esta filosofía ateísta que hoy nos confiesa don Edgar Mora fue la misma que prevaleció en el gobierno pasado, donde se cerró un programa de televisión por mencionar la palabra Dios, se eliminó la transmisión de la misa, por el Sistema Nacional de Radio y Televisión Canal 13, etcétera”. -Desconozco si don Edwin Hernández ha sido seguidor de don Edgar Mora, indistintamente y respetando sus creencias, sería genial que lanzara un vistazo a los indicadores educativos de Costa Rica y efectuara un análisis comparativo sobre la gestión de Mora-.

En referencia, el viceministro de Educación debería de estar preocupado por los bajos niveles educativos en el país. Según los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con apoyo de la maestría en Demografía y Desarrollo adscrita a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y otras organizaciones, Honduras tiene un 12% de su población que no sabe leer ni escribir, a la vez los años de estudio promedio son de 7,6 para la población nacional de 15 años y más. Otro dato nada optimista es que hasta la fecha Honduras cuenta con casi un millón de personas que no estudian, ni trabajan, mismos que se encuentran en un rango poblacional de 12 a 30 años. Adicionalmente, uno de los aspectos importantes que se desprende de la prueba PISA sobre nuestro sistema educativo, es que solamente el 30 % de sus estudiantes obtienen el mínimo nivel de competencias en lectura; en contraste con el 79 % que promedian los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En matemáticas, únicamente el 15 % de nuestros jóvenes obtienen el mínimo nivel de competencia, comparado con el promedio de 77 % de la OCDE. Y para agregar, según datos de la Secretaría de Educación solo el 68,2% de las escuelas dispone de agua potable y el 75% tienen algún tipo de problema de infraestructura.

Por otra parte, según Bullivant-Ruse (2015), el ateísmo de Estado o ateocracia es un término utilizado para referirse a un gobierno que es antirreligioso, antiteísta o promueve el ateísmo. Vale mencionar que históricamente la mayoría de los países que practican el ateísmo de Estado han sido socialistas, destacando en la actualidad a cuatro, la República Popular China, la República Popular Democrática de Corea, la República Socialista de Vietnam y para no variar la República de Cuba, -la que muchos en este gobierno que pretende ser “socialista y democrático”, glorifican por su modelo educativo-. Recuerden que hasta 1992, el gobierno y el Estado cubano eran oficialmente ateos, aunque el pueblo mantenía su religiosidad. Al respecto, el Diario La Razón aborda un interesante capítulo sobre la iglesia que resistió el ateísmo de Estado. Otro caso, es el de Albania que en el artículo 37 de la Constitución de 1976 establecía “El Estado no reconoce religión alguna y se encarga de fomentar el ateísmo con el fin de implantar la visión del mundo del materialismo científico en su población”.

Observando los casos precedentes y con esto de la “refundación” queda estar atentos a lo que se pretende en relación al sector educativo y su visión respecto a la conformación de un potencial gobierno antiteísta. Mientras se resuelven los problemas de educación que inciden en la productividad empresarial, al viceministro le sugiero leer “Ciencia, Razón y Fe” de Mariano Artigas y por qué no “El decimotercer discípulo” de Deepak Chopra.

*Carlos G. Cálix es Doctor en Ciencias Administrativas, tiene un Posdoctorado por el CONICET-IIESS Argentina, es profesor del Doctorado en Dirección Empresarial de la UNAH.

carlosgcalix.com

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