Exitosa diversificación agrícola y producción de vegetales orientales
Por: José Rolando Sarmiento Rosales
En los años ochenta del siglo 20 se inició en Honduras el proceso de diversificación agrícola en la zona irrigada del valle de Comayagua, agregándose a los cultivos tradicionales de granos básicos, bananos, plátanos, cítricos, frutales y vegetales en el país, con apoyo de países amigos europeos, Taiwán, Estados Unidos, y sus agencias agrícolas y de cooperación, aprovechando ser tierras de buena calidad y con dos sistemas de riego construidos visionariamente en los años 50 por la administración del presidente Juan Manuel Gálvez Durón, con múltiples propósitos, introducción de nuevas variedades de cultivos agrícolas como la calabacita, verduras y vegetales, frutales, entre ellos los denominados verduras orientales, por su gran demanda de mercado en Estados Unidos y países europeos y del Caribe, logrando así incrementar las exportaciones de nuestro país, reanimar a los agricultores beneficiados de la reforma agraria que habían fracasado, abandonando sus organizaciones y las siembras, introducción de semillas mejoradas, modernas técnicas de siembra y cosecha, con el uso de insumos fertilizantes, fungicidas, pesticidas, control de malezas, para incrementar las cantidades de producción por manzana cultivada y precios superiores a los de los granos básicos, sumándose valor agregado con plantas de empaque y refrigeración para la exportación en contenedores climatizados.
En las giras de observación realizadas a los diversos proyectos por invitación de la Secretaría de Agricultura, USAID, Misión Agrícola de Taiwán, Agencias de la Cooperación Europea, JICA, pudimos conocer los avances y éxitos alcanzados en diversos proyectos, por ejemplo en el de la calabacita, donde un asesor europeo de la FAO nos explicaba con satisfacción como agricultores favorecidos con tierras de la reforma agraria que se habían desintegrado de los proyectos, especialmente de granos básicos, ahora dirigidos individualmente en sus pequeñas parcelas, cultivaban con el acompañamiento de sus familias y a las pocas cosechas y comercialización de su producción para exportación, poseían ya su propia vivienda, un pequeño vehículo de paila para transportarse, algunos inclusive adquirir al crédito su tractor agrícola e implementos de preparación de tierras, pero muy sorprendente, contratar a personal para sus labores de campo, logrando beneficios económicos propios y la creación de empleos. Sumado a ello pequeños emprendimientos agropecuarios como la cría de aves ponedoras, cerdos y tilapia.
De la calabacita, las verduras y vegetales, frutales, se avanzó al cultivo de uvas, frijoles y arroz con semillas mejoradas para incrementar la producción, productividad y calidad por área cultivada, guayaba taiwanesa, por supuesto las sandias y los ahora conocidos como verduras y vegetales orientales, empacados industrialmente y refrigerados para su exportación en contenedores, logrando con ello millonarias cantidades de divisas en dólares. La diversificación de cultivos se ha ido expandiendo a otras zonas del país. La producción de cultivos orientales ha ganado terreno en zonas como el centro, sur y oriente del país, sectores considerados como epicentros de los cultivos de berenjena, jengibre, cundeamor y ocra, entre muchos otros vegetales y frutas de ascendencia oriental. Las condiciones climáticas y la especialización de los agricultores en este tipo de cultivo han permitido que los mismos se afinquen en las regiones en donde ahora se cultivan. Su sabor, consistencia, olor y hasta la forma de prepararlas son, en su mayoría, desconocidas para los hondureños, pese a que a diario salen desde el interior del país miles de contenedores para su exportación.
El informe de Comercio Exterior de Mercancías Generales del Banco Central de Honduras (BCH) establece que, al cierre del 2021, las exportaciones de legumbres y hortalizas se situaron en 130.6 millones de dólares (3,212.7 millones de lempiras), destacando productos como chiles jalapeños, vegetales orientales (ocra, bangaña, cundeamor chino, pepino peludo y flor de chive), camotes, pimientos dulces, tomates y berenjenas, entre otros. El destino de las exportaciones de dichos productos está orientado en un 74.9 por ciento a los Estados Unidos y 15 por ciento a Europa. La oferta exportable por departamento tiene origen principalmente en Choluteca y Comayagua. Del total de legumbres y hortalizas exportadas, al menos el 31.6 por ciento son chiles jalapeños, 25.6 por ciento son vegetales orientales y el 5.7 por ciento berenjenas.
El valle de Comayagua es la principal región del país en donde se concentra la producción de cultivos orientales, contando con unas 500 manzanas de tierra para su cosecha, las cuales están a cargo de al menos 600 pequeños y medianos productores. En la zona funcionan unas 8 agroexportadoras, quienes mantienen un histórico de exportación a mercados extranjeros de unos 1,000 contenedores con los diferentes productos. El éxito alcanzado nos demuestra la urgencia de los proyectos de irrigación en las zonas agrícolas del país, las políticas de financiamiento en el campo agrícola y pecuario de Honduras, con asistencia técnica para la siembra, cosechas y administración eficiente de los emprendimientos.
