Incomunicados habitantes de Costa de los Amates

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3 de octubre de 2022
/
12:20 am
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Incomunicados habitantes de Costa de los Amates

Los pobladores de la Costa de los Amates siguen esperando la construcción de un puente y las bordas en el río Goascorán.

ALIANZA, Valle. Incomunicados, pero no damnificados se encuentran miles de pobladores de este municipio, especialmente los habitantes de unas 12 comunidades que por la crecida del río Goascorán les imposibilita trasladarse de un lugar a otro.

La zona, donde hay crecida del río Goascorán, es conocida como el paso “Ercilia”, donde cada invierno es de dificultad para pobladores cruzar el cauce por las turbulentas aguas.

Costa de los Amates, ahora es zona de lancheros para trasladar a las personas y mercaderías de un extremo a otro del paso “Ercilia”, donde cobran cierta cantidad de dinero.

El paso del río Goascorán en Alianza, es conocido como “Ercilia”, donde lancheros hacen el trabajo de traslado.

El lugar en el verano es de fácil acceso por la rampa de concreto que se construyó, luego que un puente que estaba en construcción colapsó antes de ser inaugurado por el entonces ministro de la Secretaría Obras Públicas y Transporte y Vivienda (Soptravi), Miguel Pastor.

Pobladores de comunidades como Calicanto, Valle Nuevo, Sonora, Playitas, Los Amates, El Estero y La Ceiba, entre otros, son los que están incomunicados como suele suceder cada invierno, sin que las autoridades locales y nacionales resuelvan el problema con un puente.

Al lugar de embarque y desembarque hay presencia policial y militar para coordinar el traslado para salvaguardar la vida de los tripulantes, como también el monitorear el aumento o bajada del caudal y así dar permiso para la navegación de un extremo a otro. (LN)

El Cubulero es otra de las aldeas que sufre por las inundaciones todos los años.

Todos los años se repite la misma historia para más se seis mil pobladores
Conforme llega el invierno, la historia se repite todos los años para unos seis mil pobladores de la Costa de los Amates, en el municipio de Aliaza, Valle: Incomunicados completemente y arriesgando la vida todos los días cruzando el río Goascorán en lanchas. Esto sin contar, las cuantiosas pérdidas económicas en cosechas de granos básicos, frutas y verduras y las actividades comerciales en general. A esto se suma, decenas el deslizamientos de manzanas completas de tierra fértil por culpa de la corriente y el acecho permanente de plagas y enfermedades típicas de las inundaciones.

La vida de los pobladores de esta zona fronteriza con El Salvador cambió completamente desde el 2011, cuando el río se desbordó arrastrando el puente, que, dicho sea de paso, era una ofensa a la ingeniería civil y un evidente acto de corrupción, que sigue impune, dada la mala estructura que apenas se mantuvo en pie una semana después de inaugurado.

Desde entonces, los pobladores de la Costa de los Amates y de El Cubulero, donde también se inunda cada vez que crece la marea y se desborda el río, se han resignado a vivir incomunicados todo el invierno y resistiendo toda clase de viscitudes que la naturaleza les impone.

En una de esas temporadas se ahogó uno de los pobladores intentando cruzar el río. En otros años se reportan carros comerciales, ganado y hasta las mismas lanchas cargadas de pasajeros arrastradas por la corriente. En estos días, un carro volcó cuando su conductor intentó cruzar el vado creyendo que la corriente no era tan fuerte.

Seis mil pobladores tienen que soportar las inundaciones cada año, porque no hay una solución definitiva a un problema que se puede evitar con las bordas.

NIÑOS Y ENFERMOS

Los que más sufren son los enfermos cuando ocupan ser trasladados de emergencia y aquellas pesonas, especialmente los niños y mujeres, que le tiene pavor al agua porque no saben nadar. Con todo, la gente se ha acostumbrado a vivir así, esperando que un día, el gobierno les vuelva a construir el puente o, al menos, construya las bordas en el río para detener las inundaciones.

“Con todas las dificultades, estamos sobrellevando la situación”, dice el alcalde Faustino Manzánares, quien pese a tres períodos en el cargo no ha podido, admite, construir la infraestructura requerida por tratarse de inversiones multimillonarias en una alcaldía tan pobre que apenas subsiste con las transferencias del gobiernoc central.

“Lo único que podemos hacer en las temporadas de lluvias es asistir a la gente con el transporte de las lanchas y entrega de comida para los damnificados que lo requieren”, agrega. El edil liberal lamentó que los dos gobiernos nacionalistas nunca se interesaron por este municipio por puro sectarismo político y el mismo camino lleva el actual, porque hasta el momento no se le han acercado para coordinar una estretegia conjunta, aunque agredeció que ya le transferio los fondos para hacerle frente a la emergencia en obras menores. (EG)

Incomunicados se encuentran miles de habitantes de Alianza, y solo por lancha se puede llegar a un punto para retomar la carretera.
El nivel del agua ha ido disminuyendo, sin embargo, en este mes lluvioso el caudal podría aumentar más de lo normal.

 

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