Canasta básica alimenticia supera ingresos de los trabajadores: INE
A los trabajadores ya no les ajustan los ingresos para acceder a la alimentación básica luego de los fuertes incrementos.
El ingreso promedio de un obrero hondureño anda en 8,000 lempiras, muy por debajo del costo de la canasta básica de alimentos que se ha elevado últimamente, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
“El pago promedio en el sector urbano y a nivel nacional o ingreso de un trabajador en Honduras anda en ocho mil lempiras, y la canasta básica anda en 10 mil, a 15 mil lempiras”, sostuvo el director del INE, Eugenio Sosa.
En la parte rural es mucho más bajo, pero pese a ello también en el campo se observan disparidades de ingresos. Sosa también se refirió a los ingresos por remesas familiares o colchón que sirve de alivio para hogares empobrecidos.
En ese orden de ideas, explicó que “este país si no fuera por las remesas estaría devastado en términos de la cuestión social, existirían sectores sobre todo pobreza extrema que anda en 50 por ciento, que estarían en una hambruna brutal”.
Es tan vital para la economía hondureña el factor remesas que ya representa el 30 por ciento en el ingreso de familias receptoras en el campo y las ciudades, denotó. Un sector de los empleados públicos ya comenzó a presionar al gobierno por un ajuste de 4,000 lempiras mensuales, argumentan que la inflación ha reducido el poder adquisitivo.
Se espera que los trabajadores del sector privado también soliciten un incremento, pese a que este año fue negociado un ajuste por dos años. A criterio de Sosa, uno de los parámetros a utilizar sería “una canasta básica revisada, porque normalmente cuesta más de lo que los empresarios dicen. Los trabajadores tienen razón cuando dicen que cuesta más”.
Basta con ir de compras para darse cuenta que la vida se ha encarecido, pero el “gran problema es que debe de haber un gran acuerdo mucho más sólido entre gobierno, trabajadores y empresarios de trabajar aspectos vitales de la economía que permitan dos cosas fundamentales”.
“Uno es que el país no genera empleo, es muy poco y no ajusta para emplear a los miles de jóvenes que ingresan a la fuerza laboral; y el otro elemento, es que el pago es altamente precario”, contrastó Sosa. (JB)
