Altruista y guerrero sobre el terreno de juego y líder y veterano fuera de él, Antoine Griezmann personifica él solo lo que está siendo la selección de Francia en este Mundial-2022, resiliente a pesar de los golpes como el atacante, de nuevo en la cima antes de la semifinal contra Marruecos del miércoles (19h00 GMT).
De Moscú a Doha, el jugador de 31 años ha vivido cuatro años irregulares, con un traspaso fallido al FC Barcelona, un regreso complicado al Atlético de Madrid y la gestión de varias lesiones musculares, las primeras de su carrera.