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16 de enero de 2023
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12:04 am
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ChatGPT

Por: Rodolfo Dumas Castillo

La inteligencia artificial ha dado pasos agigantados en los últimos años, ofreciendo herramientas tecnológicas que permiten crear una enorme cantidad de contenidos en muy poco tiempo y con asombrosa facilidad. Uno de los más populares es ChatGPT, un sistema basado en el GPT-3, la tercera generación de los modelos de predicción de lenguaje desarrollado por la empresa OpenAI, un laboratorio de investigación de inteligencia artificial con sede en California que actualmente está en pláticas para ser adquirida por Microsoft. La Generative Pre-trained Transformer (transformador generativo pre-entrenado) consiste en un lenguaje autorregresivo que emplea aprendizaje profundo para producir textos que simulan la escritura humana. Actualmente el sistema dispone de más de 175 mil millones de parámetros para realizar operaciones relacionadas con el lenguaje, pero se anuncia que la versión GPT-4 contará con 100 trillones de parámetros, aumento de capacidad que seguramente producirá resultados aún más impresionantes.

El ChatGPT, cuyo uso aún es gratuito, se alimenta con texto, haciéndole preguntas y agregándole información, lo que eventualmente le permite realizar correcciones y “aprender” para ejecutar tareas de forma automática, logrando mantener conversaciones con cualquier persona y responder de manera coherente. Sus capacidades incluyen la posibilidad de escribir documentos de negocios, contenidos informativos y de opinión, canciones, contratos, poemas, inclusive la de generar líneas de código para programación. También se puede utilizar como mecanismo de búsqueda de información en línea, responder preguntas de cultura general, traducciones, definiciones, consejos, ideas de contenidos, en fin, cuanto tema se nos ocurra.

Actualmente, su página de ingreso contiene una advertencia que el sistema no es cien por ciento preciso y que puede cometer errores, pero la verdad es que, habiéndolo probado con diferentes tópicos, su capacidad es realmente asombrosa. La misma empresa ofrece una plataforma denominada DALL-E, cuya pronunciación en inglés sería “Dalí”, como un homenaje al famoso artista que fue pionero en muchas facetas del arte, pero especialmente en la pintura. Esta, como su nombre lo sugiere, es capaz de generar imágenes digitales conforme las instrucciones del usuario. Para quienes no tenemos talento para el dibujo, es una herramienta fenomenal. Así, recientemente le pedimos crear una imagen del Quijote cabalgando hacia el atardecer; el resultado y el texto incorporado al mismo lo compartimos con un amigo para generarle un poco de optimismo sobre el futuro.

Existen otras plataformas que también utilizan sistemas de inteligencia artificial similares, por ejemplo, Canva, una aplicación enfocada en el diseño de contenidos, especialmente para uso en rederes sociales y publicidad. Esta acaba de agregar un programa llamado “Magic Write”, que además de generar contenidos de texto usando inteligencia artificial, también permite crear gráficos, cuadros y otros elementos para documentos o presentaciones para conferencias, todo ello en base a lo que el usuario le describa o pida utilizando texto. En una prueba nos generó un artículo sobre un tema de negocios, de aproximadamente tres páginas, en apenas diez (10) segundos, con datos correctos y un contexto apropiado.

Por su puesto que toda esta tecnología genera enormes posibilidades, facilita gestiones laborales, permite la agilización de ideas y procesos, presenta alternativas para profesiones creativas, contables, artísticas, legales, literarias, académicas, administrativas, periodísticas, en fin, sus posibilidades son infinitas. También presenta importantes dilemas que van desde lo ético hasta lo jurídico. Por ejemplo, ya existe mucha preocupación a nivel educativo porque alumnos de todos los niveles están usando estos sistemas para completar tareas, trabajos de investigación o exámenes. Como cualquier tecnología, algunos también la utilizan para el mal, creando programas que vulneran la privacidad de las comunicaciones o que pueden causar daños a bases de datos y sistemas operativos. Existen dudas en cuanto al beneficio general que estas tecnologías podrían tener en áreas como la educación, pues podrían debilitar aún más la capacidad de razonamiento, análisis y creatividad de los humanos, ya bastante disminuida por la adicción tecnológica y la contaminación de las redes sociales. Mientras tanto estos sistemas de inteligencia artificial cada día serán más poderosos y posiblemente más autónomos. Solo nos queda rogar que esta última posibilidad sea para bien de la humanidad y que no termine la realidad imitando a la ficción, especialmente aquella película en que “Skynet” terminó dominando el mundo.

Correo: [email protected]

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