Think tanks de derecha en Honduras: ¿por qué crearlos y fortalecerlos?

MA
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17 de enero de 2023
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12:28 am
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Think tanks de derecha en Honduras: ¿por qué crearlos y fortalecerlos?

Carlos Cálix

Porque es preciso unir a la derecha contra el izquierdismo radical y su hegemonía cultural. Porque es necesario combatir el fundamentalismo wok. Porque resulta primordial articular las diferentes sensibilidades en torno a un mismo objetivo: dar la “batalla de las ideas” a la izquierda. Para ello, la derecha hondureña debe unirse y evitar la fragmentación.

Hace algunos años Steve Waters expresaba que los métodos actuales para intentar “cambiar el mundo” son: tomarse el poder, ser monstruosamente rico o bien seguir la larga y a veces penosa vía electoral. Sin embargo, y ahí está lo interesante, agregaba dos vías o atajos: el terrorismo y la creación de think tanks. Las actuales, son épocas turbulentas y Honduras requiere de Institutos de Investigación de Políticas, Laboratorios de Ideas, Research Brokers, Catalizadores de Ideas, Grupos de Expertos, Elite de Cerebros, Comités Asesores, Cajas de Pensamiento, Fábricas de Ideas, Centros de Política Pública, Depósitos de Ideas o Tanques de Pensamiento, en una sola expresión: Honduras requiere de un think tank influyente y de muchos que sean capaces de combatir las ideas de la izquierda y la pseudoizquierda.

A manera de contribución para la creación y desarrollo de estos centros de pensamiento en Honduras, conviene traer a escena el libro de Carlos Salazar Vargas “Los think tanks, laboratorios para la acción democrática” y el artículo de Yehezkel Dror “Required breakthroughs in think tanks en Policy Sciences”, particularmente en este último; se promueve la necesidad de estos “depósitos de ideas”, como apoyo a las diferentes etapas que conforman el “proceso integral” de las políticas públicas. En esta misma línea, como bien menciona Salazar Vargas, la dificultad para definir los think tanks proviene de la diversidad de objetivos que persiguen. La mayoría son entidades independientes y sin ánimo de lucro que tratan de generar soluciones concretas a problemas públicos. Otros tienen motivaciones políticas e ideológicas, conocidos como los think tanks de partido. También los que tienen un carácter más académico. Al respecto, en cuanto a la organización, el modelo de personal residente o integrado plantea dos opciones a los think tanks: decidir si el personal ha de ser permanente o rotativo (es decir, que provenga de otras organizaciones homólogas) o decidir si ha de estar o no formado básicamente por profesores universitarios.

Para lograr una mejor comprensión del concepto de think tank se puede abordar la cuestión de la tipología adoptando la clasificación propuesta por Kent Weaver. Según este autor, se puede clasificar los think tanks en cinco (5) clases: La primera categoría la constituyen las “universidades sin estudiantes” (universities without students). En ella se describen instituciones con un gran número de personal investigador (que puede estar formado por profesores universitarios) que trabaja principalmente en la elaboración de libros y publicaciones diversas. El segundo modelo de think tank lo conforman las “organizaciones de investigación contratada” (contract research organizations). Como su nombre indica, actúan contratados por el gobierno o por los intereses privados para iniciar una investigación en cualquier campo. Estos institutos de investigación bajo contrato, si bien se asemejan a los think tanks universitarios en sus métodos, se diferencian principalmente por sus fuentes de financiamiento, las cuales provienen de contratos con agencias gubernamentales o empresas privadas. En tercer lugar, los “think tanks de defensa” (advocacy tanks) -o transition tanks-. Es el más reciente y destaca por su agresiva política, con el fin de que su ideología (vinculada a algún partido) sea recogida por la agenda pública. Los formatos utilizados para difundir sus mensajes suelen ser los folletos, cartillas, revistas e informes (papers), más que los libros. En cuarto lugar, los think tanks de partidos políticos: organizados en torno a las instituciones políticas, pero intelectualmente autónomos, su trabajo es directamente útil a estos últimos. En quinto lugar, los think and do tanks, cuya actividad se concreta en la organización de actos y eventos con el propósito de recaudar material diverso para ayudar a un grupo o entidad específica.

A la fecha podemos determinar múltiples argumentos para crear y fortalecer think tanks en Honduras, todos justificables. Por ello sugiero leer a Camila Rocha, ganadora del premio a mejor tesis de doctorado en Ciencias Humanas de la Universidad de San Pablo (USP), por su trabajo “Menos Marx, mais ‘Mises’: uma gênese da nova direita brasileira (2006-2018)”. Allí argumenta que una nueva derecha habría comenzado a consolidarse en Brasil a partir de 2006, que se inició en las redes digitales y acabó materializándose en movimientos de la sociedad civil, inclusive en la creación de partidos políticos. Así como Rocha, también considero que en Honduras requerimos menos Marx y más Mises, para eso los think tanks de derecha son fundamentales.

[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias administrativas, fundador de Grupo Lix y MacroDato. Profesor del Doctorado en Dirección Empresarial-UNAH.

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