VÉRTICE: Vivir sin violencia es un derecho

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20 de enero de 2023
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12:04 am
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VÉRTICE: Vivir sin violencia es un derecho

Por: Fernando Berríos*

Quiero iniciar esta columna citando las palabras de doña Alice H. Shackelford, coordinadora residente de Naciones Unidas, quien ante la ola de crímenes contra mujeres en Honduras expresó: “las mujeres tienen derecho a una vida sin violencia, con respeto a la dignidad humana… ¡No más violencia! No más femicidios”.

Y es que eriza la piel saber que en tan solo 16 días de enero de 2023, en Honduras perdieron la vida de forma violenta 17 mujeres y desde entonces hasta el día que escribimos esta columna, los crímenes no han cesado.

La violencia de género está desangrando el país y aquí pareciera que nos acostumbramos a esa triste realidad, a tal grado que un crimen no genera reacción. Ha tenido que elevar su “grito al cielo” la comunidad internacional para condenar enérgicamente el triple crimen de tres mujeres garífunas en Puerto Cortés.

Se leyó más solidaridad con los líos de Shakira que con estas tres mujeres brutalmente asesinadas. La presidenta de Honduras escribió el 16 de enero: “mi solidaridad por el criminal femicidio contra tres hermanas garífunas. La policía dará a conocer en las próximas horas el alcance de las investigaciones. No más impunidad”.

Sin embargo, el “me dueles Honduras” y el “ni una más” ya ni se escucha ni se lee ni es parte decorativa de los tediosos y aburridos discursos oficiales. Cada día mueren más mujeres y los entes policiales y de investigación del país permanecen impávidos, aletargados, inactivos, parsimoniosos.

¿Cuántas mujeres más deben morir para ser llamados a la acción?

Honduras enfrenta, desde hace décadas, una crisis por la violencia irracional. Esta violencia descomunal es un problema estructural, de raíces muy profundas, que desencadena una crisis social reflejada en más pobreza, desintegración familiar, deserción escolar, hambre y desnutrición, migración irregular, inseguridad ciudadana.

Casi todos esos problemas tienen sus raíces en los episodios frecuentes de violencia de género.

En este punto es importante entender qué es la violencia de género. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) la conceptualiza como: cualquier acto con el que se busque dañar a una persona por su género. La violencia de género nace de normas perjudiciales, abuso de poder y desigualdades de género.

Es decir, no es exclusiva de la mujer aunque diversos estudios señalen que son sus principales víctimas.

Es preciso saber que la violencia de género es una grave violación a los derechos humanos y es un problema de salud y protección que pone en riesgo la vida. De manera que no podemos pretender ver la violencia de género, específicamente contra la mujer, como un problema eminentemente de seguridad.

De acuerdo a la ONU, una de cada tres mujeres sufrirá violencia física o sexual en el transcurso de su vida y esta violencia descomunal que golpea a nuestros países provoca desplazamientos migratorios forzados en los que aumentan aún más las posibilidades de que las mujeres y las niñas sufran violencia de género.

Otro aspecto que debemos tener muy claro es que la violencia de género no solo es física, también sexual, psicológica y económica.

La ONU ha advertido que las consecuencias de la violencia de género son devastadoras y las repercusiones para quienes logran sobrevivir pueden ser permanentes. De hecho, la violencia de género puede provocar la muerte de una persona.

En el caso de Honduras, el 2022 fue fatídico para las mujeres, ya que según el Observatorio de la Violencia de la UNAH, hasta el mes de noviembre habían perdido la vida casi 280 mujeres y más de 40 miembros de la comunidad LGTBIQ+.

Lo anterior significa que en 2022 una mujer fue asesinada cada 31 horas y ahora el 2023, considerando lo ocurrido hasta el 16 de enero de 2023, preocupa aún más que muera una mujer cada 24 horas.

Los femicidios, los niveles de violencia y criminalidad en general son endémicos y se manifiestan con mayor fuerza en personas en mayor situación de vulnerabilidad.

Es importante ver lo que ocurre con nuestros vecinos. En Guatemala, al mes de noviembre de 2022, se reportaban más de 428 femicidios, según datos del Observatorio de la Mujer del Ministerio Público.

Y en El Salvador, a finales de noviembre de 2022, también se reportaba la muerte de al menos 51 mujeres, cifra relativamente inferior a los 132 femicidios reportados en 2021 según datos del Observatorio Seguridad Ciudadana de las Mujeres.

Ante esta ola de violencia descomunal que nos golpea a todos y con mucha fuerza a las mujeres, volvemos a citar las palabras de Alice H. Shackelford: “Es terrible ver este tipo de hechos violentos contra mujeres seguir ocurriendo con tanta frecuencia y con tanto odio”. Lo anterior lo dijo luego de conocerse la muerte de una mujer que fue quemada viva por su pareja en El Paraíso.

El llamado de la ONU es que se desengavete y apruebe con urgencia la Ley Casa Refugio que permita obtener financiamiento estatal para al menos 10 casas refugio, la ratificación del protocolo opcional del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, así como fortalecer y acelerar la comisión interinstitucional contra los femicidios.

Es momento de actuar con un esfuerzo integral serio y bien articulado.

*Periodista

Correo: [email protected]
Twitter: @berriosfernando

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