¡Robin Hood, Alí Babá y los cuarenta ladrones!

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21 de enero de 2023
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12:02 am
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¡Robin Hood, Alí Babá y los cuarenta ladrones!

Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez*

En el recorrer de la historia nos encontramos con muchos recuerdos cuando éramos niños y disfrutábamos de variedad de películas que nos hacían sentir que nosotros éramos los actores y protagonistas. Por ejemplo: Robin Hood con sus carruajes y caballos nos hacían saltar de alegría y emociones, llenos de acciones cuando asaltaban a los transeúntes que viajaban en carruajes con mercaderías y dinero, pues lo que les quitaban era para darle a los pobres y así se desarrollaba el drama apoteósico que hoy nos hace revivir a los 84 años aquella historia llena de paisajes, bosques, montañas, valles y ríos bañados por la naturaleza.

Robín Hood mirándolo desde otro punto de vista, robaba para darles a los pobres, es decir era un gran humanista al estilo vaquero en el viejo oeste.

En cambio tenemos otra historia casi en el mismo contenido con respecto a los asaltos a carruajes tirados por caballos y por caminos rudimentarios, por montañas, bosques y valles inhóspitos, solitarios donde se viajaba a largas distancia, podríamos decir insólitos donde podían asaltar sin que nadie pudiera ver sus acciones de impunidad, al estilo del Congreso Nacional espurio.

“Alí Babá y sus cuarenta ladrones” con máscaras no como las de hoy para protegerse del coronavirus, en aquel entonces era para protegerse de los robos cometidos como la “Caja de Pandora” o los recordados “Engels” anunciados por el Departamento de Estado Americano. Hasta hoy andan de paseo por las calles de la capital, sin dignidad y vergüenza alguna. Son como serpientes rastreras.

Bien, sigamos recordando la historia cuando éramos niños y nos divertíamos viendo las películas de Ali Babá y los cuarenta ladrones, estos eran totalmente diferentes a Robin Hood, porque Robin Hood asaltaba y robaba para dar a los pobres, mientras que Alí Babá y sus cuarenta ladrones robaban para su peculio.

Otras películas como Superman, Robin, Los tres chiflados y Flash Gordon. Los pasquines de Súper Ratón, Tío Donald, el Tío Rico, La familia de dedos largos y la fábula de la boda del Águila y el Búho, por Gustavo Adolfo Milla. Son gratos recuerdos de nuestra niñez. Eran tiempos que no había tanta maldad, drogas y nepotismo prostituido. Nuestros antepasados o ancestros fueron personas de calidad humana, dignos de muchos principios morales y éticos. Siempre recuerdo dos bellas personas que me dieron consejos que jamás olvidaré: a don Horacio y don Felipe Elvir Rojas. Yo me siento orgulloso de llevar mis apellidos Milla Bermúdez, la historia me cuenta que vengo de raíces de estirpe y abolengo. Prosapia: ascendencia de una persona, particularmente, la ilustre o aristocrática de abolengo, alcurnia de linaje. Los Milla Bermúdez no presumimos de falsos orgullos y de vanas ilusiones. Con humildad lo digo, no venimos ¡del vulgo ni de pasiones ocultas! ¡Ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo!
La historia no es como dicen algunos que se modificó para servir al hombre politólogo o al demagogo de oficio que reparte el dinero del presupuesto nacional dando desayunos, almuerzos y cenas a sus compinches de Libre por más de 104 millones de lempiras en el primer año del gobierno del “socialismo democrático”. La fiesta y las piñatas con boletos de avión y viáticos sin límites, pues solo se gastaron 132 millones de lempiras aparte del regalo navideño, que fue otra cantidad de millones de lempiras. ¿Cómo se le puede llamar a esa acción o acto inexpugnable sin moral y ética? Digámoslo por decir un atraco cualquiera. Jamás se había dado ante la historia de nuestro país: asaltos, robos, chantaje, impunidad y vulgares actos de corrupción de mala adversación de caudales públicos. Este gobierno está plagado de impunidad, y más negro que un pantano putrefacto como retrete romano.

¡La patria se forja con dignidad!

*Lic. en Economía Política.

[email protected]

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