“El trabajo es la mejor carta de presentación”

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22 de enero de 2023
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12:02 am
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“El trabajo es la mejor carta de presentación”

Por: Tomás Monge*

En algún punto de nuestra vida, todos hemos criticado a uno o varios funcionarios públicos en todos los períodos de gobierno que nos ha tocado vivir. El señalar sus fallas, defectos y carencias es una actividad relativamente placentera; más cuando nuestro ataque va acompañado de acusaciones (muchas veces falsas) que se generan mucho más fácilmente ahora que la tecnología y las redes sociales permiten la viralidad y la desinformación frecuente. No obstante, se debe tener en cuenta que la subjetividad de una opinión nunca será tan contundente como la absoluta objetividad generada por sus hechos concretos, ya sea a través de obras concluidas, de proyectos exitosamente completados y de todo el trabajo que desarrollen en su día a día.

Uno de los mejores ejemplos de esto sigue siendo el anterior alcalde de Tegucigalpa, el señor Nasry “Tito” Asfura; mejor conocido como “Papi a la Orden”, quien se dedicó permanentemente a desarrollar la infraestructura de la capital; llegando al punto de tener varios proyectos de gran envergadura ejecutándose al mismo tiempo. Nadie puede negar la osadía de un alcalde de atreverse a romper arterias principales de circulación vehicular como el cruce principal del otrora Boulevard Centroamérica a la altura del Inprema, al igual que el cruce principal del Boulevard Juan Pablo II, el paso alto hacia la Miraflores, el paso en los alrededores de la Corte Suprema, la Vía Rápida que conecta la Alemán con el Anillo Periférico, así como el que lo conecta con la Kennedy, el paso de Toncontín, el de La Granja, La Bolsa, 21 de Octubre, Boulevard San Juan Bosco, La Hacienda, Suyapa, La Villa Olímpica, etc.

Por más que la subjetividad nos haga verter opiniones sesgadas y argumentar algún tipo de “desagrado” por el anterior alcalde, su labor se ve reflejada en toda la ciudad y todos hacemos uso de cada uno de los proyectos culminados y entregados. Ciertamente, esa es la labor de los funcionarios públicos, tomar su puesto y comenzar inmediatamente a generar nuevas y mejores formas de usar los fondos públicos, desarrollando equipos altamente eficientes que se dediquen a sacar adelante su gestión en todos los aspectos que están bajo su responsabilidad; siendo capaces de dejar obras concretas que se pongan al servicio del pueblo y eleven su calidad de vida por los próximos cincuenta o cien años.

En este sentido, es de todos conocido que, el amigo de buen corazón y actual alcalde capitalino, Jorge Aldana, comenzó un poco vacilante su gestión durante varios meses y fue víctima de numerosas críticas; hasta cierto punto muy duras, si lo vemos desde el punto de que nadie sabe cuan abrumador puede ser el estar, de un día para otro, a la cabeza de la gestión de una ciudad tan compleja como el Distrito Central.

Sin embargo, ya sea por tanta presión que generó la ciudadanía, por la asesoría de sus allegados, por pura decisión personal o por una combinación afortunada de todas las anteriores, es evidente que el señor alcalde cerró el 2022 con un cambio radical en su filosofía de trabajo; e igualmente ha iniciado el 2023 con un despertar admirable en su gestión, en donde ya se ven diversas cuadrillas trabajando simultáneamente en varios puntos de la capital y finalmente se han retomado los proyectos que habían quedado inconclusos en la anterior administración.

A pesar de que la gente siempre encuentra placer en señalar las cosas que no se hacen y todo lo que que falta; lo más importante es que todos los funcionarios públicos se interesen porque cada día se impulsen nuevas obras, nuevos servicios a la comunidad y se atiendan los problemas que ellos mismos señalaron cuando eran oposición y para los cuales juraban que ellos eran la solución. Definitivamente, no hay nada peor que todos aquellos funcionarios que solamente cobran su sueldo mes a mes, se inventan reuniones y viajes para cobrar jugosos viáticos, le cambian el nombre y los colores a los lugares y programas; y, básicamente, solo se aprovechan del poder para mejorar su vida personal, pero realmente no llevan ni una tan sola obra significativa a su nombre en todo un año.

Por ahora, el alcalde capitalino es quien más está sacando la cara por su partido, ya que el resto sigue sumergido en ensueños ingenuamente “idealistas”, acompañados de discursos abstractos e infructíferos. Por lo tanto, para trascender como uno de los mejores alcaldes de la ciudad, es imperativo que él y sus colaboradores continúen mejorando cada vez más la coordinación de sus equipos, sigan inyectando ímpetu, control de calidad y eficiencia a su filosofía de trabajo, y se sigan esmerando para finalmente lograr ampliar la cobertura de la alcaldía a otros temas sensibles que ellos mismos identificaron desde la gestión anterior como no atendidos.

¡Adelante, señor alcalde! Ojalá que más de sus correligionarios en el poder copien su acertada decisión de trabajar incansablemente día y noche para cumplirle a todo un pueblo que confió en ellos.

*Consultor Educativo y Catedrático UPNFM

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