Drama: la nueva Corte Suprema de Justicia

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23 de enero de 2023
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12:02 am
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Drama: la nueva Corte Suprema de Justicia

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

El control político de la nueva Corte Suprema de Justicia deja entrever lo mal que estamos en cuanto a la aplicación de la justicia. Poco importa tener una nueva corte descontaminada de la política vernácula e integrada por abogados con reputación profesional íntegra y capacidad profesional para impartir justicia con equidad. Estamos observado un drama político que se ha convertido en un espectáculo teatral. La elección de la nueva corte es como una dramaturgia sin sentido histórico en la que prima un espíritu profano al que le importa un bledo la justicia social, pero sí un manejo político prosaico. Carente de idealidad o elevación cultural digna y honrosa para una convivencia que dignifique a la sociedad.

El nombramiento de los nuevos magistrados se produce en un marco teatral en el que abunda la especulación sobre la compra y venta de votos y candidatos expuestos a la ambición mercantilista y la subordinación a intereses políticos corruptos. Por otra parte, la duda sobre la legalidad del proceso de elección de los nuevos magistrados constituye el eje transversal del drama político que vemos.

Ya se pueden imaginar qué tipo de Corte Suprema de Justicia quieren instaurar los socialistas en Honduras. Quieren que la aplicación de la justicia tenga un control político por parte del partido Libre y, por ende, de su coordinador. Estamos observando una realidad política en la que domina el interés político mezquino y no la sabiduría para alcanzar una justicia digna y ejemplar para lograr el desarrollo de Honduras. Tal como predomina el desgobierno en el Poder Ejecutivo, asimismo, se van a producir procesos irregulares y políticamente contaminados en la aplicación de la justicia en Honduras.

La justicia es un principio moral que debe inclinarse a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde. Los magistrados tienen la cualidad de justos. ¿Qué pasa entonces cuando esa cualidad de justos es contaminada por la intervención del partido político que tienen el poder del gobierno? Lo que ocurre es que la Corte Suprema pierde su independencia y, entonces, el país pierde la oportunidad de sanear el sistema de justicia. Y esto es precisamente lo que nos está pasando en Honduras.

Tal como se ve el proceso de cambio de magistrados, a Honduras la conducen al estancamiento y el establecimiento de una corte y leyes que no garantizan la independencia judicial y que va a responder a intereses oscuros que dan señales de un Estado cleptocrático. Es decir, en el que se institucionaliza la corrupción y sus consecuencias derivadas como el nepotismo, el clientelismo político y el peculado. A lo cual, hay que ponerle atención, porque puede estar indicando que este gobierno, conducido por vez primera por una mujer, esté siendo dominado por intereses cleoptocráticos.

El proceso de selección de los nuevos magistrados se ha empañado porque lo contaminaron con intereses políticos que quieren imponerse desde el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Han puesto en “modo dudoso” la posibilidad de instaurar reformas estructurales necesarias que garanticen un sistema judicial imparcial e independiente. En otras palabras, el drama político sobre la instauración de la nueva corte, se asocia al establecimiento de jueces porque son los que deciden los derechos más sagrados de los ciudadanos hondureños, los que inciden en su vida, en su honor y en su patrimonio.

“Al producirse la arbitrariedad para elegir los magistrados y los jueces, se está atentando contra la justicia como bien común de todo el pueblo” (Cáceres, Roberto. Poder Judicial independiente e imparcial, Proceso Digital, junio2022). Y esto es precisamente lo que estamos observando que ocurre actualmente en este gobierno. No vemos una intencionalidad transparente que nos asegure que este paso cualitativo necesario para tener una Corte Suprema de Justicia digna se pueda lograr. Por el contrario, se ha desatado la incertidumbre y la tensión política alrededor de un tema que no es abordado de manera sabia, ponderada y con un verdadero interés en mejorar el ámbito de la aplicación de la justicia. Han convertido la elección de la nueva corte en un drama teatral trágico visto desde la perspectiva política. En el que actúan actores burdos y llenos de codicia y quienes evidencian, la ambición mercantilista en toda su actuación, “al demostrar exceso y vicios jurídicos de forma y fondo que violentan la Constitución y los derechos humanos” (Madrid, Áfrico: programa TV5 Frente a Frente).

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